El
mercado del manga en España está en un buen momento. Ahora mismo, podemos
encontrar una gran variedad de títulos para todos los gustos, desde las series
más populares hasta otras más desconocidas. Eso ha abierto las puertas al manga
underground e independiente y, de vez en cuando, las editoriales nos
sorprenden con títulos que se salen de lo habitual. Eso es lo que ha hecho
Astiberri con Sunny Sunny Ann!, de Miki Yamamoto, una obra muy especial
que llamó mi atención desde el momento en que se anunció la licencia.
La saqué
de la estantería para añadirla a mis lecturas del #LeoAutorasOct de este año,
una iniciativa que pretende reivindicar el trabajo de las autoras al proponer
que, durante el mes de octubre, se lean únicamente títulos escritos por mujeres.
Y la obra de Miki Yamamoto ha sido una aventura. Ann me ha llevado por las
carreteras de Estados Unidos en un viaje que he disfrutado muchísimo. 😊
Sin
rumbo por Estados Unidos
Ann es
una mujer independiente. No hay nada que la ate: ni una familia, ni un amor, ni
un hogar. Su coche es su casa: en él guarda todo lo que necesita y, además, le
permite marcharse adonde quiera. Lleva una vida tranquila y libre: trabaja
cuando le hace falta el dinero, se acuesta con quien quiere y disfruta de los
pequeños placeres.
© Miki
Yamamoto 2012. |
Pero un
día, de repente, ocurre algo que supone un cambio importante en su vida. Ann
entonces se despide de sus conocidos y comienza un viaje en coche sin rumbo fijo,
adonde el destino la lleve. En su camino, se encontrará con diferentes
personajes, con sus luces y sus sombras, con sus problemas. Y, de una forma u
otra, terminará involucrada en un breve capítulo de sus vidas.
Sunny
Sunny Ann! es un soplo de aire fresco, pese a los momentos
duros que viven tanto la protagonista como los personajes que la acompañan.
Porque, aunque suframos, siempre podemos encontrar pequeños resquicios de
felicidad. Además, nos invita a reflexionar sobre la vida y sobre lo que es
realmente importante para nosotros.
Una
realidad poco amable
Sunny
Sunny Ann! se divide en cinco capítulos. Ann aparece en todos, pero en
los tres centrales permanece en un segundo plano, deja que otros personajes alcen
la voz para mostrarnos la realidad de un mundo lleno de sombras. Edward, un millonario,
y Laura, su joven esposa, protagonizan el segundo y el tercero; la pequeña Abbie
y su madre, el cuarto. En cada una de estas historias breves, Miki Yamamoto
pone sobre el papel problemas relacionados con la familia, el matrimonio, el
amor o el dinero que aquejan a nuestra sociedad.
© Miki Yamamoto 2012. |
La
historia de Edward y Laura nos muestra los prejuicios que muchas veces tenemos
hacia los demás. Ella es una modelo, sí, y su principal aliciente para contraer
matrimonio con el anciano es el dinero. Pero el personaje va evolucionando a lo
largo de los dos capítulos. Cuando el chófer los abandona en medio de un páramo,
indignado por que Edward se haya dejado engatusar por Laura, es ella su único
sostén. Hasta que Ann los recoge con su coche, se encarga de él y lo cuida,
arrastrando su silla de ruedas por una tierra desierta. Y ese cariño que todo
el mundo tildaba de falso crece. La Laura con la que empieza la historia no es
la misma que aparece al final, aunque los familiares de Edward piensen que sí,
que nada ha cambiado y que su único interés es el dinero.
Por otro
lado, en el cuarto capítulo conocemos a Abbie, una niña varada en un bar de
carretera con su madre. Los problemas que tiene con su pareja la han absorbido
hasta tal punto que la han apartado de su hija. Y ella, incapaz de soportar que
su madre la ignore y no le dé el cariño que necesita, se encuentra por
casualidad con Ann.
© Miki Yamamoto 2012. |
En ambas
historias, Ann aparece como una figura que alivia. Es la única que comprende a
Laura y reconoce su esfuerzo; es la salvación de Abbie cuando ni siquiera su
madre le tiende la mano. Está ahí para resaltar los problemas —los juicios y
prejuicios de la sociedad, la desesperación cuando nuestras circunstancias nos
superan— y transmitir un mensaje esperanzador. Por una parte, que no importa lo
que los demás piensen, siempre y cuando uno esté satisfecho consigo mismo y
tenga claro quién es. Por otra, que incluso en las situaciones más oscuras uno
siempre puede encontrar el camino de vuelta hacia sus seres queridos y recordar
qué es lo más importante.
Pero no
solo las historias de Laura, Edward y Abbie son interesantes. También los
capítulos en los que Ann es la protagonista indiscutible llaman la atención. En
ellos vemos realmente al personaje, quién es más allá de esa persona que
aparece en el momento justo con la palabra justa. Pequeños retazos sobre su
familia, su manera de ver el mundo y la vida, su necesidad de ser y sentirse
libre. Y, como los demás personajes, Ann pasa por momentos difíciles, aunque
siempre intente disfrutar de las pequeñas cosas.
Es en
esos capítulos en los que Miki Miyamoto dibuja a su protagonista y nos hace
interesarnos por ella, hasta el punto de que, cuando llegamos al final y vemos
que la historia de Ann no se cierra, no podemos evitar preguntarnos cómo
continuará su viaje en busca de nuevos horizontes.
Miki
Yamamoto: la libertad hecha dibujo
© Miki Yamamoto 2012. |
Sunny
Sunny Ann! no solo es especial por la historia que cuenta y la forma de
hacerlo. Miki Yamamoto hace gala de un estilo singular, alejado del manga más
tradicional, que recuerda más al de un cómic independiente europeo y americano.
Pero ese es, precisamente, su encanto. La forma de disponer las viñetas, el
retrato de los personajes, las escenas… Todo está al servicio de esa trama en la
que se entremezclan los sinsabores de la vida y los atisbos de felicidad que esta
nos ofrece. Los trazos de Miyamoto son sueltos, frescos, desenfadados y libres.
La personalidad de Ann, nuestra protagonista, se aprecia tanto en la historia
como en el dibujo.
Y, con
esto, termino la reseña de hoy. 😊 Si no habéis leído Sunny Sunny Ann!,
os invito a que le deis una oportunidad. ¡No os vais a arrepentir! Os espero la
semana que viene con una nueva entrada sobre manga y mundo clásico. ¡Hasta
entonces! 😊
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