viernes, 31 de diciembre de 2021

Manga 2021: ¿qué he leído este año?

Como os comenté en la entrada de ayer, 2021 ha sido muy bueno en cuanto a lecturas. Creo que este es el año que más manga he leído y he tenido la suerte de encontrarme con títulos que me han encantado. Además, he reducido un poco la pila de pendientes… pero solo un poco. 😅 Han venido más tomos a invadir mis estanterías… ¡y 2022 parece también muy prometedor por las novedades que se van a publicar!

Pero ahora no voy a centrarme en lo que viene, sino en lo que he disfrutado este año. A lo largo de 2021, ya os he hablado de algunos títulos:  El pueblo de arena y escamas azules, Los gatos del Louvre, El clan de los Poe, El diario gatuno de Junji Ito, Tokyo goodbye, El secreto de Madoka, Héroes, Una sonrisa hasta el fin del mundo, Bajo el cielo azul de Lorient, Ayako, Blissful land, Relatos terroríficos y Goodbye, my rose garden. Tenéis todas las entradas al respecto en el apartado de Reseñas.

En la entrada de hoy, quiero repasar otros muchos mangas que he leído en 2021 y que me han gustado, por unos motivos u otros. No voy a limitarme solo a los títulos que se han publicado este año porque me apetece hablar, al igual que en 2020, de las lecturas que me han acompañado en 2021, independientemente de cuándo salieron. También voy a incluir algunas series abiertas que me parecen sugerentes, aunque mi opinión sobre ellas pueda cambiar en el futuro. Dicho esto, ¡vamos allá! 🤗

Las sorpresas de 2021

Al igual que en la entrada sobre los animes de este año, me apetece empezar hablando de esos mangas que han logrado sorprenderme para bien. Con el tiempo, he aprendido a seleccionar mis lecturas en general, y eso me ayuda también con el cómic japonés. Habitualmente, los tomos que compro me gustan porque su argumento se ajusta a lo que me interesa, conozco a los autores… Ahora mismo, mi instinto suele funcionar bastante bien y por eso rara vez me llevo decepciones. Pero hay algunas obras que superan mis expectativas.

La primera de 2021 ha sido Mars, de Fuyumi Soryo. Aprovechando que tenía Kindle Unlimited, leí la serie completa en inglés a principios de año. La relación entre Kira, una chica tímida e inocente cuya pasión es el dibujo, y Rei, un estudiante rebelde por el que todas sus compañeras suspiran, se vuelve más interesante y profunda a medida que avanza la trama y se van desvelando secretos relacionados con ambos personajes… Arechi la ha anunciado en español para el año que viene y, sin lugar a dudas, quiero que forme parte de mi colección. Además, me encantaría dedicarle una entrada en el blog en el futuro. ¡Espero no tardar en hacerlo!

Continúo con Rastros de sangre. Shuzo Oshimi es un mangaka que me resulta fascinante, tanto por su estilo de dibujo como para las historias tan retorcidas que plasma en sus viñetas. Lo conocí con Las flores del mal y, desde entonces, he leído más de sus títulos. En 2021, empecé Rastros de sangre, que tenía pendiente desde hacía tiempo… y me dejó sin palabras. Es increíble la capacidad que tiene el autor para llevar la obsesión a sus límites más terribles y asfixiantes. Porque eso es lo que le sucede a Seiko con su hijo: lo sobreprotege en exceso y hace lo imposible para que no se aleje de ella. Aun así, todo lo que pueda decir al respecto se queda corto: es mejor que lo leáis si no lo habéis hecho.

Pero Rastros de sangre no es la única obra de Oshimi que he empezado este año: también le he hincado el diente —y perdonad el chiste malo— a Happiness, su manga de vampiros. ¡Ya falta poco para que se publique completo en español!

Otro manga que me ha sorprendido gratamente ha sido Your lie in April. Como os comenté en la entrada de ayer, empecé a leerlo porque me lo habían recomendado y me encontré con una historia increíble sobre el amor, la amistad, los traumas y la capacidad de superación. Además, está vinculada con el mundo de la música: no podía pedir más. Es increíble cómo Naoshi Arakawa consigue que sus viñetas tengan sonido con tan solo sus trazos: mientras leía, podía escuchar el piano de Kôsei y el violín de Kaori.

El siguiente título del que quiero hablar es Arte. Su anime fue uno de mis favoritos del año pasado, así que no podía esperar a leer el manga. ¡Y me encanta! Arte es una protagonista fuerte, que no se rinde aunque los obstáculos que se le ponen delante parezcan imposibles de superar, y sus esfuerzos y pequeñas alegrías hacen que quieras continuar leyendo para ver hasta dónde es capaz de llegar. Tengo ganas de viajar de nuevo a la Italia renacentista en su compañía y la del resto de personajes que completan el elenco de la obra.

Termino este apartado con un manga del que solo ha salido un tomo, pero que promete tanto por el tema tan interesante que trata como por el dibujo: La verdad sobre las brujas, de Ebishi Maki. La historia se centra en la Europa del siglo xvi y la brujería para hablarnos de los prejuicios y el peligro de las supersticiones. Si la historia sigue en la misma línea, es probable que os hable de ella con más profundidad en el futuro. 😉

Historias para disfrutar en pequeñas dosis

Me encantan los tomos únicos. A veces, si tengo poco tiempo para leer por cuestiones de trabajo, prefiero historias cortas en vez de series de decenas de tomos. En 2021, se han publicado títulos bastante llamativos, entre ellos, Sakuran, de Moyoco Anno, que nos permite asomarnos al mundo de las geishas y los barrios de placer, el ambiente en el que transcurre esta historia de amor y desamor, de sueños y decepciones.

En segundo lugar, tengo que mencionar, sin duda, La amiga de mi hermana, un yuri que se construye a través de una historia coral, con varios puntos de vista, para hablarnos del amor, los miedos y cómo desarrollamos nuestras relaciones a partir de nuestras inseguridades y lo que se espera de nosotros. Además, el dibujo de Battan es precioso.

Pero si hay un tomo único que de verdad me ha removido por dentro ese ha sido My broken Mariko, de Hirako Waka. Había leído muchas reseñas que lo ponían por las nubes, así que, cuando Milky Way anunció su publicación en España, no dudé en hacerme con él. Es cierto que se trata de una historia muy dura —al fin y al cabo, la autora nos habla sin tapujos, aunque sin perder la sensibilidad, de temas tan complicados como los abusos o el suicidio—, pero merece mucho la pena.

También ha habido lugar, por supuesto, para el manga de terror. Y es que este año ECC ha publicado varias obras de Mimika Ito. Yo he podido leer Una mirada misteriosa, en la que la autora recoge varias de sus experiencias paranormales, a cuál más inquietante. Ella concibe el terror como algo que convive con nosotros en nuestra cotidianeidad y eso es lo que me hizo sumergirme de verdad en sus historias: no hay límite entre nuestro mundo y el más allá.

Por otro lado, en 2021 he disfrutado de tomos únicos de algunos de mis mangakas favoritos, empezando por Nagabe. He releído varias de sus obras este año, pero también les he dado una oportunidad a otras que tenía pendientes, como Amores insólitos. En él, el autor nos cuenta varias historias de amor entre niños y criaturas no humanas, de ahí el título. Además, me he dejado sorprender por Shintaro Kago y Anamorfosis, un perturbador tomo único en el que el autor vuelve hacer gala de ese humor negro que lo caracteriza. Y, como me había quedado con ganas de más después de terminar Guardianes de la noche, devoré las Historias cortas de Koyoharu Gotouge. ¡Algunas tienen un punto de partida muy interesante!

Clásicos y más clásicos

Me reafirmo en lo que dije el año pasado: me alegra mucho que las editoriales estén apostando por autores y obras clásicas, más o menos recientes. Este año, las estanterías de las tiendas se han vuelto a llenar de títulos de grandes mangakas, de obras fundamentales para el desarrollo del cómic y la cultura popular japonesa. También ha habido lugar, por supuesto, para algunos títulos alternativos de la revista Garo.

Empiezo con una licencia que jamás habría pensado que vería en España, al menos tan pronto, y que me hizo mucha ilusión cuando se anunció: Kamen rider. Ooso Cómics decidió apostar por esta obra tan importante dentro de la producción de Shôtarô Ishinomori, y ahora ya podemos disfrutarla al completo. Aventuras, acción, monstruos… Es una obra trepidante y muy entretenida de la que también me gustaría hablar en el futuro —¡se me acumulan los mangas para el blog!—.

Otro manga que me ha gustado bastante es Miriam Blue. Arechi sigue apostando por el shôjo clásico, ¡y espero que sigan así! En este caso, tenemos una historia de amor y enredo en la que los secretos son un ingrediente importante. Y es que el día que Miriam conoce a un chico guapo en el largo cerca de su casa su vida cambia por completo y se llena de dudas y preguntas.

Por su parte, Satori sigue ampliando su catálogo de cómic japonés con obras interesantísimas de grandes autores. Tengo pendiente Queen Emeraldas, así que aún no puedo hablar de ella, pero sí de Yuko y Oen, de Ryoichi Ikegami, dos volúmenes en los que se recogen varias historias cortas. Si el primero se centra en el deseo, el erotismo, la obsesión y la perversión, el segundo nos muestra venganzas, rencor, ira, injusticia y desesperanza, todo con el impresionante dibujo de Ikegami. Pero este no es el único título destacable: en Los locos del gekiga, de Masahiko Matsumoto, se nos cuenta la historia de este tipo de manga, que tan fundamental fue en la historia del cómic japonés.

Me queda una última obra que mencionar: Polen dorado, de Seiichi Hayashi. Gallo Nero sigue publicando a autores de la revista Garo, con esos mangas tan experimentales e interesantes. En este tomo, se dan cita historias realistas sobre las relaciones humanas y su lado más difícil y otras con elementos fantásticos en las que se fusionan la tradición japonesa y la cultura popular.


El final del viaje

En 2021 han terminado varios títulos que han sido importantes para mí como lectora, ya sea porque me han hecho pasar muy buenos ratos o encariñarme con los personajes, ya sea porque contaban una historia diferente, mágica. Hay otros también que están a punto de acabar, así que toca despedirse de autores y obras que me han acompañado durante años.

La primera es The promised Neverland. Cuando Norma la anunció, yo llevaba un tiempo esperándola porque había visto los dibujos de Posuka Demizu y me habían llamado la atención. El manga me ganó con el primer tomo y desde entonces fui siguiéndolo poco a poco, según se iba publicando, aguardando con impaciencia a que saliese el siguiente volumen. Emma, Ray y Norman, cada uno con sus peculiaridades, me conquistaron. También el mundo en el que viven: a medida que se van desvelando secretos, quieres saber más. Si bien es cierto que el tramo final es más apresurado que los primeros tomos y tiene algunos detalles que no me terminan de convencer, en conjunto he disfrutado de The promised Neverland y me ha dado pena que se terminara.

Lo mismo me ha sucedido con Kimetsu no yaiba, Guardianes de la noche. Es cierto que tiene muchos elementos típicos de esta clase de historias, pero creo que Koyoharu Gotouge ha sabido darle un toque personal a su manga desarrollando unos personajes con los que empatizas, enemigos incluidos, y que son más de lo que parece al principio. Como no lo seguí por Manga Plus, sino que iba comprando los tomos según salían, hice lo posible por no leer nada sobre su final: lo único que sabía es que no todo el mundo estaba satisfecho. A mí, sin embargo, me gustó y, en general, me pareció justo para los personajes.

Otro manga que también ha terminado este año en el mercado español es La pequeña forastera, una preciosa obra de Nagabe. Esta historia de fantasía sobre extrañas criaturas, maldiciones, miedos y prejuicios es una de mis favoritas. Está llena de magia y el estilo de su autor le da un toque muy especial. He disfrutado y me he emocionado con Shiva y el Doctor: su día a día, los peligros que les han salido al paso, su relación con otros personajes, su vida llena de misterios…

Me queda por mencionar un manga que está a las puertas de su final en España: Beastars. Milky Way acaba de publicar el tomo 21 y en febrero del año que viene tocará despedirse de Legoshi, Hal, Rouis y el resto. Beastars me llamó la atención desde el momento en que lo anunció la editorial asturiana y enseguida se coló entre mis mangas favoritos. No es para menos: Paru Itagaki ha conseguido escribir y dibujar una obra emocionante en la que plantea cuestiones de mucho interés. Puede que a la historia le quede ya muy poco, pero sus personajes se quedarán conmigo. ¡Y siempre me quedarán las relecturas!


Emociones a flor de piel

Termino esta entrada con dos mangas repletos de acción que me han hecho pasar ratos muy entretenidos: Shaman king y Tokyo revengers. En lo que respecta al primero, aprovechando que iba a estrenarse una nueva versión del anime, quise leerlo para conocer a los personajes y hacerme una idea de la historia. Me divertí un montón con las aventuras de Yoh Asakura y sus compañeros y el Shaman Fight. Tokyo revengers, por su parte, me enganchó igual que lo hizo su anime. Aunque aún faltan algunos tomos para saber cómo continúa la historia, me ha encantado rememorar los primeros pasos de Takemichi en su intento por cambiar el pasado y salvar a su novia de la adolescencia.



 

Como siempre, a estas lecturas tengo que sumar las continuaciones de las series que llevo al día: Réquiem por el rey de la rosa —que cada vez está más interesante—, Cells at work!, Jigokuraku

Ahora sí, termino la entrada de hoy. 😊 Solo me queda desearos un feliz año 2022. ¡Espero que os traiga muchas cosas buenas! Y muchas gracias por seguir ahí en 2021. 🥰


jueves, 30 de diciembre de 2021

Animes 2021: ¿qué he visto este año?

2021 ya termina y, con él, otro año peculiar, por decirlo de algún modo. No sé a vosotros, ¡pero a mí el tiempo se me pasa cada vez más rápido! Pese a que hemos tenido una especie de secuela de 2020 y nos hemos vuelto a ver al límite en muchos sentidos, si hago balance, puedo decir que, en general, 2021 ha sido un buen año para mí. Mi vida ha cambiado mucho por diferentes razones, se me han planteado diferentes retos… y, al igual que en 2020, he podido disfrutar de un montón de lecturas, estudiar y empezar a trabajar en lo que realmente me gusta —¡cruzo los dedos para que en el futuro me sigan saliendo cosas!—. En lo que respecta a Afrodita L, 2021 no podría haber sido mejor. 😊 El blog ha continuado creciendo pasito a pasito y, aunque sigue siendo un rincón humilde, me ha traído cosas muy buenas. He participado en proyectos con otros compañeros, he conocido a gente maravillosa y me ha abierto puertas que jamás pensé que serían para mí. Como siempre, quiero daros las gracias a todos los que me leéis por estar otro año más ahí y permitirme compartir con vosotros mi pasión por el manga, el anime y la cultura grecolatina. 😊

Al igual que hice en 2020, y dado que estamos a las puertas de un año nuevo, quiero hacer un repaso en el blog de los animes que he visto y los mangas que he leído. De nuevo, 2021 no ha sido fácil, pero creo que ha habido propuestas muy interesantes en el campo de la animación japonesa. Por otro lado, el mundo editorial del manga sigue en un buen momento y han visto la luz títulos que jamás pensé que se publicarían en España. Parece que en 2022 también tendremos muchas sorpresas, ¡y yo me alegro un montón!

La entrada de hoy se la dedico a los animes. Aunque la mayoría son series de 2021, también he tenido tiempo para ver alguna de años anteriores. ¡Y no quiero olvidarme de los estrenos en nuestras salas de cine! Al igual que el año pasado, los animes no están en orden de preferencia: simplemente, son aquellos que me han hecho disfrutar, en mayor o menor medida, a lo largo de 2021. ¡Vamos allá! 😊

Las sorpresas de 2021

Comienzo con algunos animes que me resultaban llamativos, pero que terminaron sorprendiéndome bastante. Las extrañas enfermedades a las que se enfrenta el doctor Ramune en Kaybyôi ramune. Las trepidantes y coloridas competiciones de skateboard de SK8. Los misterios de la familia de las sombras y sus muñecos en Shadows house. El reencuentro de Minato con el waterpolo en Re-main. Sin embargo, hay tres de esas sorpresas que quiero destacar especialmente.

La primera es Tenchi sōzō design-bu. Empecé a ver el anime un poco por casualidad, porque el argumento parecía curioso —¿el día a día del Departamento de Diseño de Animales del cielo? Tenía que darle una oportunidad—. Acabó convirtiéndose en uno de mis favoritos de la temporada de invierno tanto por los extraños retos que debían superar los personajes —Dios nunca se lo ponía fácil con sus encargos— como por la cantidad de curiosidades que aprendía con cada capítulo.

Odd taxi es una de esas joyas escondidas que suele haber en toda temporada de anime. No hacen demasiado ruido, pero, cuando te decides a verlas, descubres que merecen muchísimo la pena. Odd taxi es muy especial por varias razones: su opening, la historia coral que desarrolla, la manera en que todas las tramas terminan por confluir… Si no le habéis dado una oportunidad a este anime, hacedlo: no os vais a arrepentir. ¡Quién iba a decirme que la vida de un taxista podría retorcerse tanto!

Termino de hablar sobre los estrenos con Blue period. Había oído hablar muy bien del manga y me apetecía mucho leerlo, pero terminó en mi lista de pendientes —demasiadas series y poco sitio en las estanterías…—. Cuando se anunció su adaptación animada, pensé que era el momento de descubrir la historia de Yatora Yaguchi. ¿La conclusión? Creo que no tardaré en comprar el manga. 😅 Es lo que pasa cuando disfruto tanto de una adaptación. Me gusta mucho cómo la serie nos permite bucear en el mundo del arte mientras acompañamos al protagonista en un viaje de descubrimiento sobre lo que quiere plasmar en sus obras, su futuro como pintor y él mismo.

Antes de pasar al siguiente apartado, me gustaría mencionar un anime que no es de 2021, pero que sí he visto este año: Your lie in April. Después de que unos amigos me lo recomendaran muy encarecidamente, decidí leer el manga, que tenía pendiente desde hacía un tiempo. Me pareció una historia preciosa, llena de sensibilidad, y, aunque en las viñetas se transmite todo a la perfección —¡es como si en ellas hubiera música!—, tenía ganas de ver cómo se había llevado a la pequeña pantalla. Creo que las dos versiones de la obra se complementan a la perfección.

Aventuras y acción a raudales

En 2021, hemos podido adentrarnos en historias llenas de acción, con personajes muy variopintos y adaptaciones de series muy queridas por el público. En este sentido, cabe destacar el regreso a la pequeña pantalla de Shaman king, manga que ya fue trasladado al anime hace unos años. Yo no había leído la historia ni había visto la serie, pero me apetecía mucho: su fama la precede. De momento, estoy disfrutando bastante de la nueva adaptación. ¿Mi personaje favorito? Anna, por supuesto.

Pero, sin duda, si hay un anime de aventuras que me ha llegado es Fena: pirate princess. Su fórmula, en la línea de las historias de aventuras más tradicionales, funciona, creo, y cuenta con un elenco de personajes memorables, el punto fuerte de la serie. ¡Me habría gustado que durara más! Además, es muy entretenido y te mantiene en vilo mientras se van resolviendo todos los misterios que envuelven a la protagonista.

No quiero dejarme tampoco Saihate no paladin. Los isekais tienen que llamarme mucho la atención para que me decida a darles una oportunidad, y este lo consiguió: ¿un chico criado por tres muertos vivientes? Parecía el tipo de historia que me gusta. En efecto, fue así: pese a que ciertos puntos no me convencen del todo, es un anime muy disfrutable. No creo que tarde en hablaros de él con más profundidad. 😉

Y qué decir de Fumetsu no anata e… Ya había leído el manga y me gusta bastante, por lo que me apetecía revivirlo en su adaptación animada. Las peripecias del ser inmortal creado por Yoshitoki Ôima y los peligros que debe afrontar me volvieron a emocionar. Y el corazón se me encogió otra vez en determinados momentos de la historia. 

Alejándome ya de las aventuras y centrándome en el Japón del presente, no puedo terminar este apartado sin mencionar uno de los animes del año por varias razones: Tokyo revengers. Takemichi, Mikey, Draken y los demás han levantado pasiones entre los espectadores españoles, y no es para menos: viajes en el tiempo, acción y más acción, un protagonista atípico en cierto modo, bandas de delincuentes juveniles. Cada capítulo me dejaba con ganas de más. ¡No puedo esperar a saber lo que pasa! Menudo final de temporada…

Historias que te sacan una sonrisa… ¡o una carcajada!

Animes tiernos, de superación, con toques de humor. Han sido varias las series que han logrado hacerme sonreír, por unas razones u otras. Taisho otome otogi banashi, por ejemplo, centrado en la historia de amor entre Yamahiko y Yuzuki. El primero es un muchacho rico que se siente un inútil por las secuelas sufridas tras un accidente; la segunda, una chica tierna e inocente a la que el padre de Yamahiko compra para que se case con él. Podrían tenerlo todo en contra para ser felices, pero, poco a poco, van superando diferentes contratiempos. La relación entre ellos se va desarrollando a fuego lento, con ternura. Y, por supuesto, también hay lugar para los pequeños momentos de humor.

Ôsama ranking es otro de esos animes que te sacan una sonrisa. Se ha convertido, por derecho propio, en uno de mis favoritos de 2021. Y es que Bojji es uno de los personajes más adorables de este año. Pero no solo eso: también es un ejemplo de perseverancia. Pese a que no puede oír y todo el mundo lo considera débil, no se rinde y se esfuerza por convertirse en un rey fuerte. Kage, su compañero sombra, también me encanta y la amistad que se forja entre ambos es muy bonita.

Tampoco puedo olvidarme de Kageki shôjo!!, uno de mis preferidos de la temporada de verano. El trabajo y el esfuerzo que hacen Ai, Sarasa y sus compañeras para convertirse en las estrellas de la compañía femenina de teatro Kouka consiguieron engancharme. Además, en el anime se tratan temas muy presentes hoy en día, como el acoso o los trastornos alimenticios, lo que le da profundidad a la serie. Por cierto, adoro a Sarasa: su inocencia, su capacidad para luchar contra las adversidades, su carácter tan particular… y todo lo que se nos va revelando sobre ella a medida que avanza el anime y que la hacen un personaje redondo, con muchos matices.

Si lo que queréis, sin embargo, es reíros a la vez que disfrutáis de una obra llena de sensibilidad, entonces Komi-san no puede comunicarse es una buenísima opción. A una historia de superación que, como las otras dos series que he mencionado, te saca una sonrisa, se suman incontables momentos de humor que funcionan a la perfección en el argumento. Decidí que iba a verla por el primer capítulo, que me parece magistral, y me quedé tanto por la propia Komi —un personaje que despierta mucha ternura— como por Tadano y el resto de sus compañeros, a cuál más peculiar. Los jueves por la noche se convirtieron en uno de mis momentos favoritos de la semana: llegar a casa después de un día intenso, cenar y acompañar a Komi en sus intentos de hacer nuevos amigos para ganarle el pulso a su ansiedad social. También me he quedado con ganas de leer el manga.

Series llenas de matices

Ahora voy a hablaros de varios animes que destacan por sus singulares propuestas o por su apartado artístico. Y es que este también han sido un año en el que algunos estudios de animación se han arriesgado con historias atrevidas, profundas, desconcertantes. Empiezo con Wonder egg priority, uno de los animes más interesantes de la temporada de invierno, tanto por lo visual —el colorido de las escenas, una buena animación, un mundo original y cuidado— como por los temas que trata. El suicidio, el trauma, los problemas familiares, los miedos… Cada una de las protagonistas tiene sus propias heridas, un motivo para luchar y un deseo para el futuro.

Sonny boy, por su parte, se convirtió en uno de los animes más originales de la temporada de verano. Puede que no sea para todo el mundo y que cueste entrar en la historia, pero eso solo lo hace aún más fascinante. Incluso cuando uno no logra quedarse con todos los detalles o necesita tiempo para encajar las piezas del puzle se siente atraído por la historia de esos estudiantes que se han quedado atrapados en una dimensión paralela.

Termino con Heike monogatari, una joya producida por Science Saru que tiene sus raíces en la obra clásica japonesa del mismo nombre. Es un anime complejo por la cantidad de personajes que desfilan por él, pero merece mucho la pena: las relaciones que se establecen entre ellos y las intrigas en el seno del poder conforman un argumento interesante, que deja con ganas de más. Por no hablar de la animación, tan especial, como es costumbre en Science Saru.

El anime invade las salas de cine

A causa de la pandemia, mis visitas al cine se han reducido bastante, entre unas cosas y otras. Pero este año se estrenaban varias películas de anime que me apetecía mucho ver, así que no tenía excusa. Para empezar, Digimon adventure: last evolution kizuna. Los niños elegidos de siempre, con sus compañeros de siempre, en una nueva aventura que ponía el broche final a esa serie que tan importante fue para mí durante la infancia. No os miento si os digo que el día que fui a verla la gran mayoría de los espectadores eran personas que, como yo, querían ver a los monstruos digitales de su niñez una vez más. Y todos salimos emocionados. Por cierto, le dediqué una entrada hace unos meses.

¿Qué decir de Guardianes de la noche: tren infinito? Me alegró mucho que se anunciara su estreno en nuestras salas: Kimetsu no yaiba me encanta y ver la magnífica adaptación de Ufotable en pantalla grande prometía ser toda una experiencia. Fui con mi hermana y, aunque yo ya sabía lo que ocurría, dio igual: viví el arco de Rengoku como si fuera la primera vez.

El último título que quiero mencionar es Josee, el tigre y los peces. Me apetecía un montón verla después de todo lo que había leído al respecto: el argumento me llamaba la atención y las críticas eran bastante buenas en general. Pues bien, os confirmo que me pareció una buena película, con una de esas historias que te llegan al corazón y te hacen salir del cine con la sensación de que ha merecido la pena ir. Si no la habéis visto, os la recomiendo.

Reencontrarnos con personajes e historias: nuevas temporadas

Una nueva temporada siempre está bien, ¿verdad? Este año, he podido disfrutar de continuaciones de algunos de mis animes favoritos y, en este sentido, ha sido un buen año. Regresar a la escuela Cherryton con Legoshi y los demás. Luchar por la ciencia junto a Senku y sus amigos. Acompañar a Deku en su camino para convertirse en superhéroe. Seguir los juegos de ingenio entre Moriarty y Sherlock Holmes. Explorar el cuerpo humano en compañía de un glóbulo rojo un tanto torpe y un glóbulo blanco dispuesto a todo por defender su hogar. Cerrar heridas y mirar hacia el futuro con Toru y la familia Soma. Evitar, de nuevo, el peor destino posible para Catarina Claes. Vivir aventuras con las princesas mitad demonio. Y, por supuesto, defender a la gente de los demonios en compañía de Tanjirô, Zenitsu, Inosuke y el pilar del sonido —como no podía ser de otra forma, me está encantado el nuevo arco de la serie—.

Pero no solo ha habido nuevas temporadas. También han regresado, de una forma u otra, franquicias y personajes que me encantan. Aquí quiero destacar Bungou stray dogs wan!, en el que Atsushi, Dazai, Akutagawa y los demás vuelven para hacernos pasar un buen rato mostrándonos un día a día lleno de momentos cómicos. A falta de una nueva temporada del anime original —¡espero que no tarden mucho en estrenar la cuarta!—, está bastante bien. En ese sentido, soy una persona muy sencilla: veo algo de Bungou stray dogs y me gusta.

Por otro lado, en lo que respecta a Cells at work!, además de su nueva temporada hemos podido disfrutar de la adaptación de uno de sus spin-off: Cells at work! BLACK. Me gusta mucho la serie original y también me ha encantado esta, con un toque bastante más oscuro… La premisa del anime es la misma —seguir las peripecias de las células para mostrarnos cómo funciona el cuerpo humano, solo que Cells at work! BLACK transcurre en el interior de una persona que no se cuida. Como podéis imaginaros, las consecuencias son nefastas.

 

Con esto termino la entrada de hoy. 😊 Me ha quedado más larga de lo que pensaba en un principio, pero había muchos animes que quería comentar. 😅 ¿Cuáles han sido vuestros favoritos de 2021? Por mi parte, os espero mañana con el repaso de los mangas de este año. ¡Hasta entonces! 🤗


jueves, 23 de diciembre de 2021

Anime y mundo clásico: los cíclopes del siglo XXXI

Seguro que a muchos de vosotros os suena Ulises 31, aunque no la hayáis visto. En mi caso, tengo su sintonía grabada en la cabeza, y eso que yo no la pillé en la televisión —cuando se emitió por primera vez en España, no había nacido todavía—. Pero sí tenía discos con la música de infinidad de series infantiles, y esta versión futurista del héroe griego estaba entre ellas. 

Ulises 31, producción franco-japonesa, se emitió por primera vez en 1981 —a España llegó un poco más tarde— y consiguió acercar la mitología clásica a cientos de espectadores de todo el mundo. Tuvo mucho éxito tanto en Japón como en Europa, y también en otros países de América y Asia. La mezcla de cultura grecolatina y ciencia ficción funcionó: consiguió despertar el interés por nuestros clásicos en espectadores que no tendrían por qué conocerlos y, a la vez, conectar con una audiencia occidental. De hecho, he leído que para el diseño de los personajes se inspiraron en esculturas griegas con el objetivo de producir una serie que encajara con sus gustos.

Llevaba un tiempo queriendo hablar de Ulises 31 en mi blog porque hay mucho que decir al respecto. 😊 Mi intención es dedicarle varias entradas, analizando los elementos mitológicos que aparecen en sus capítulos y, especialmente, cómo se reinterpreta la Odisea. En la de hoy, quiero centrarme en el primer episodio, que retoma un pasaje fundamental del poema homérico: el de Polifemo. Como siempre, una advertencia: puede haber spoilers de la trama, así que, si no habéis visto la serie y tenéis intención de hacerlo, podéis volver cuando lo hayáis hecho. Sin más dilación, ¡empezamos! 🤗

El ingenio como arma de defensa

Seguro que a todos os suena la historia de Polifemo. Al fin y al cabo, el episodio del cíclope es uno de los más célebres de la Odisea y ha sido reinterpretado cientos de veces desde los tiempos de Homero. De todas formas, voy a haceros un resumen para refrescaros la memoria. Además, me gustaría mencionar una serie de detalles que luego voy a comentar en relación con la serie de Ulises 31.

Ulises burlando a Polifemo, de William Turner (1829)

El relato de la aventura con Polifemo aparece en el canto ix del texto homérico. Ulises, que se encuentra en la tierra de los feacios, decide contarles su historia pese a la angustia que le generan aún sus desgracias. Al fin y al cabo, desde el final de la guerra de Troya su vida se ha convertido en una sucesión de peripecias y obstáculos, a cuál más triste y difícil de superar. Antes de llegar a la isla de los cíclopes, él y sus compañeros estuvieron en la ciudad de los cicones, donde Ulises perdió a muchos de quienes viajaban con él, y en la tierra de los lotófagos. Tuvo que llevarse a algunos de sus amigos a la fuerza porque comieron loto y olvidaron su deseo de regresar a casa, a Ítaca.

Ulises llegó a una isla cubierta por bosques y llena de cabras que les sirvieron de alimento a él y a su tripulación. Después de tantas penalidades, sintieron que recuperaban el ánimo y que las cosas podían ir bien por una vez. Sin embargo, su paz terminó cuando a la mañana siguiente decidieron explorar la isla que había enfrente de aquella en la que habían atracado sus barcos: veían humo, oían voces y el balido de varios rebaños. Ulises quiso ir hasta allí para ver qué gentes la habitaban: tal vez pudieran ofrecerles la hospitalidad debida a los huéspedes. Por supuesto, nada más lejos de la realidad: los cíclopes son criaturas brutales, sin ley de ningún tipo, tal y como se repite varias veces a lo largo del pasaje.

 

νθεν δ προτέρω πλέομεν καχήμενοι τορ:

Κυκλώπων δ ς γααν περφιάλων θεμίστων

κόμεθ, ο α θεοσι πεποιθότες θανάτοισιν

οτε φυτεύουσιν χερσν φυτν οτ ρόωσιν,

λλ τά γ σπαρτα κα νήροτα πάντα φύονται,

πυρο κα κριθα δ μπελοι, α τε φέρουσιν

ονον ριστάφυλον, καί σφιν Δις μβρος έξει.

τοσιν δ οτ γορα βουληφόροι οτε θέμιστες,

λλ ο γ ψηλν ρέων ναίουσι κάρηνα

ν σπέσσι γλαφυροσι, θεμιστεύει δ καστος

παίδων δ λόχων, οδ λλήλων λέγουσιν.

 

(Od. IX, 105-115).

 

 

De ahí en adelante navegamos afligidos en nuestro corazón y llegamos a la tierra de los fieros cíclopes, sin ley, que, confiando en los dioses inmortales, no plantan vegetales con las manos ni labran, sino que todo brota sin ser sembrado ni labrado: el trigo, la cebada y las vides, que ofrecen el exquisito vino de sus racimos. La lluvia de Zeus los hace crecer. No tienen asambleas para deliberar ni leyes, sino que habitan las cimas de las elevadas montañas en cóncavas cuevas. Cada uno tiene potestad sobre sus hijos y su esposa, y no se preocupan los unos de los otros.

 

 

Odiseo en la cueva de Polifemo, de Jacob Jordaens (primera mitad del siglo XVII)

En sus tierras no hay rastro de civilización. Así lo comprobaron Ulises y los suyos cuando atracaron en la isla, encontraron la cueva de Polifemo y, tras hacer ofrendas y comer algo del queso que el cíclope tenía, decidieron esperarlo. La criatura no se apiadó de ellos, todo lo contrario: cogió a dos de los compañeros de Ulises y los devoró sin piedad. Al fin y al cabo, ¿para que tendría que preocuparse de la hospitalidad y de los dioses si los cíclopes eran increíblemente fuertes?

Ulises se encontró en una situación desesperada. Estaba claro que Polifemo no iba a dejarlos marchar sin comérselos: cuando salió de la cueva al día siguiente para apacentar a sus rebaños, tapó la entrada con una piedra enorme que solo un gigante podría mover. Así que decidió valerse de su ingenio, esa cualidad con la que conseguía sortear todos los problemas, y trazó un plan. Por la noche, cuando el cíclope regresó, lo emborrachó con un vino que él y sus compañeros habían llevado hasta allí durante su exploración de la isla. No dejó ni un cabo sin atar: cuando Polifemo le preguntó por su nombre, le dio esa respuesta tan famosa que muchos conoceréis.

 

Κύκλωψ, ερωτς μ νομα κλυτόν, ατρ [γώ τοι

ξερέω: σ δέ μοι δς ξείνιον, ς περ [πέστης.

Οτις μοί γ νομα: Οτιν δέ με [κικλήσκουσι

μήτηρ δ πατρ δ λλοι πάντες ταροι.

 

(Od. IX, 364-367).

 

 

«Cíclope, me preguntas mi ilustre nombre. Yo te lo diré, pero concédeme los obsequios de hospitalidad, como has prometido. Nadie es mi nombre. Nadie me llaman mi madre, mi padre y todos mis amigos».

 

Cuando por fin Polifemo se quedó dormido, Ulises y algunos de sus compañeros —a los que había elegido por sorteo— prepararon una lanza y se la clavaron en el ojo, por lo que quedó ciego. Sus gritos de angustia atrajeron al resto de los cíclopes, que acudieron a ver qué sucedía. Sin embargo, cuando les respondió que nadie lo había atacado, se marcharon sin comprender. El plan había salido a pedir de boca y ahora Ulises solo tenía que pensar en una forma de huir. Enseguida se le ocurrió una artimaña ingeniosa: les dijo a sus compañeros que se agarraran al vientre de los carneros de Polifemo, pues de esa forma lograrían salir indemnes de la cueva. Cuando el cíclope ciego palpó los lomos de sus animales en busca de los humanos que lo habían cegado, no los encontró y sacó de la cueva sus rebaños como solía hacer. De esa forma, consiguieron regresar al barco.

Ulises ciega a Polifemo, de Pellegrino Tibaldi (ca. 1551)
Ulises, no contento con ello, se atrevió a gritarle a Polifemo todo lo que había ocurrido, a burlarse de su necedad, y también le dijo su nombre. El cíclope se dio cuenta entonces de que se había cumplido un oráculo que le habían vaticinado tiempo atrás, según el cual un personaje llamado Ulises lo privaría de la vista. Jamás habría pensado que se trataría de un hombre tan menudo. Furioso, empezó a lanzarles rocas y le dirigió una súplica a Poseidón, su padre:

 

κλθι, Ποσείδαον γαιήοχε κυανοχατα,

ε τεόν γε σός εμι, πατρ δ μς εχεαι [εναι,

δς μ δυσσα πτολιπόρθιον οκαδ [κέσθαι

υἱὸν Λαέρτεω, θάκ νι οκί χοντα.

λλ ε ο μορ στ φίλους τ δέειν κα [κέσθαι

οκον υκτίμενον κα ἑὴν ς πατρίδα γααν,

ψ κακς λθοι, λέσας πο πάντας [ταίρους,

νης π λλοτρίης, εροι δ ν πήματα [οκ.

 

(Od. IX, 528-535).

 

 

«¡Escúchame, Poseidón, de cabellera azulada, que abrazas la tierra! Si de verdad soy tuyo, si te ufanas de ser mi padre, concédeme que Odiseo el destructor de ciudades, hijo de Laertes, que en Ítaca tiene su casa, no llegue a su hogar. Pero si es su destino ver a sus seres queridos, regresar a su casa hermosamente construida y volver a su tierra patria, que lo haga tarde y con sufrimiento, muertos todos sus compañeros, en una nave extranjera, y que encuentre desgracias en su hogar».

 

El dios del mar no desoyó a su hijo. A partir de entonces, se convirtió en un enemigo terrible para Ulises y retrasó su llegada a Ítaca durante mucho tiempo, hasta que Atenea le pidió a Zeus que permitiera el regreso del héroe. Solo entonces claudicó.

Un héroe contra lo imposible

© DiC Entertainment y Tokyo Movie Shinsha (TMS) 1981

Son muchos los elementos de la historia de Ulises que aparecen en Ulises 31: Troya, su hijo Telémaco, Poseidón, decenas de personajes con los que se encontró en su periplo. En este caso, el episodio de los cíclopes se sitúa al principio de su aventura, antes que cualquier otro, tal vez porque, al ser uno de los más conocidos, supone una buena introducción para la serie, tanto para quienes conocen más sobre la Odisea como para los que solo recuerdan los detalles más importantes. Al fin y al cabo, este primer capítulo establece claves importantes para su desarrollo: la historia trata sobre Ulises, sí, y sobre cómo se enfrenta a los obstáculos que los dioses ponen en su camino, pero el telón de fondo es totalmente distinto. Nos encontramos en el siglo xxxi, no en la Grecia antigua. Este nuevo héroe va a moverse en un entorno de ciencia ficción, con naves espaciales y planetas que explorar. Y, aun así, el héroe homérico es reconocible, pese a los cambios y la ausencia de ciertos elementos de la Odisea y la tradición mitológica. Como os dije antes, voy a centrarme únicamente en el primer capítulo y en analizar una serie de elementos que se modifican de manera significativa.

© DiC Entertainment y Tokyo Movie Shinsha (TMS) 1981

La historia comienza cuando Ulises se dispone a abandonar la base de Troya tras el cumpleaños de Telémaco con intención de dirigirse a la Tierra para volver con su esposa, Penélope. Se embarca en su nave espacial Odysseus —el nombre griego y el latino del héroe están presentes en la serie— y, acompañado de su tripulación, su hijo Telémaco y un robot llamado Nono, emprende un viaje en el que no tendría por qué haber complicaciones. Por supuesto, no es así. En el radar de su nave, aparece un planeta desconocido y unas extrañas criaturas raptan a Telémaco: se lo llevan a través de una especie de meteorito de luz. Esos seres son los adoradores del cíclope, una extraña secta que roba niños para ofrecerle su energía a dicha criatura a cambio de luz. En cuanto se entera de lo ocurrido, Ulises se dirige al planeta para rescatar a su hijo y lo consigue. Sin embargo, la destrucción del cíclope y la derrota de los adoradores despiertan la ira de Poseidón, quien le pide a Zeus que castigue al héroe. Entonces, la nave de Ulises es atraída por un agujero negro, se desvía de su camino y termina en una dimensión llamada Olimpo. El padre de los dioses le impone un castigo: maldice a sus compañeros, que quedan inertes, y le dice al héroe que debe vagar por el espacio hasta llegar al Hades. Solo de esa forma logrará salvar a los suyos. Eso sí, no lo tendrá fácil: en el camino, deberá superar una serie de pruebas que lo pondrán al límite.

© DiC Entertainment y Tokyo Movie Shinsha (TMS) 1981

Como vemos, son varios los elementos que se modifican con respecto al mito original. El primero de ellos es el propio cíclope, que en la serie se nos muestra de forma doble: es una criatura robótica gigante, de cuyo único ojo sale un rayo de luz, pero además aparece bajo la forma de los adoradores —también ellos tienen solo un ojo—. La ceguera, elemento fundamental en la Odisea, es esencial para el desarrollo del capítulo. Para empezar, los adoradores no pueden ver a no ser que el cíclope les proporcione la luz, para lo que necesitan encontrar criaturas que puedan ofrecer su energía. Por otro lado, el propio Ulises, cuando acude a rescatar a Telémaco, se encarga de cegar al cíclope robótico con la ayuda inestimable de Nono, que se encarga de hacer que el rayo de luz que este emite se refleje y destruya su único ojo. Así, vemos que una de las estrategias que utiliza el protagonista para vencer a sus enemigos es la misma que en la Antigüedad, pero esa ceguera que causa es doble. Al destruir el ojo del cíclope —y, posteriormente, acabar con el gigante—, deja ciegos para siempre a los adoradores, que son quienes se encargan de suplicarle a Poseidón. Creo que transformar al cíclope original en un elemento ya no doble, sino múltiple —al fin y al cabo, los adoradores son varios— contribuye a reforzar la valentía y el buen hacer del héroe, que debe enfrentarse a un desafío mucho más difícil. No solo tiene que acabar con un gigante, sino también con todos los acólitos que tiene a su alrededor. Al igual que en la Odisea, no está solo: aunque la mayor parte de sus compañeros no pueden acudir en su ayuda porque es demasiado peligroso tanto para ellos como para su nave, tiene a Nono a su lado.

© DiC Entertainment y Tokyo Movie Shinsha (TMS) 1981

Otro elemento que es doble es la súplica para que Ulises sea castigado. Los adoradores, como si fueran Polifemo, le piden ayuda a Poseidón, que, por supuesto, se encoleriza. Pero no es él quien va a imponerle la pena a Ulises: el propio dios le suplica, a su vez, a Zeus. Es como si también él se hubiera puesto por un instante en la piel de Polifemo e interpretara su papel. 

Si nos fijamos en la mitología, casi ninguno de los griegos tuvo una vuelta a casa agradable. De hecho, en Las troyanas, tragedia de Eurípides, la propia Atenea afirma que no quiere darles un regreso fácil a los griegos pese a haberlos apoyado durante toda la contienda: Áyax sacó a Casandra a rastras de su templo, en el que se había refugiado, y nadie se lo reprochó. El propio Ulises, antes de contar sus aventuras y desventuras, afirma lo siguiente:

 

ε δ γε τοι κα νόστον μν πολυκηδέ [νίσπω,

ν μοι Ζες φέηκεν π Τροίηθεν όντι.

 

(Od. IX, 37-38).

 

 

«¡Ea! Os hablaré de mi regreso lleno de penas, que a mí me impuso Zeus al volver de Troya».

 

Son los dioses quienes le han impuesto penalidades, por diversas razones —recordemos, eso sí, que en este caso Atenea no quiere su mal, sino que lo ayuda en su travesía—. Sin embargo, es cierto que su enemigo más importante es Poseidón. Al principio de la Odisea, en una asamblea divina convocada para decidir sobre el destino del héroe, Atenea le pide a Zeus que le permita regresar a Ítaca y le reprocha que se haya olvidado de él. El padre de los dioses se muestra benévolo con Ulises e incluso indica quién es el principal causante de sus desdichas:

 

τέκνον μόν, ποόν σε πος φύγεν ρκος [δόντων.

πς ν πειτ δυσος γ θείοιο λαθοίμην,

ς περ μν νόον στ βροτν, περ δ ρ [θεοσιν

θανάτοισιν δωκε, το ορανν ερν [χουσιν;

λλ Ποσειδάων γαιήοχος σκελς αε

Κύκλωπος κεχόλωται, ν φθαλμο [λάωσεν,

ντίθεον Πολύφημον, ου κράτος στ [μέγιστον

πσιν Κυκλώπεσσι: Θόωσα δέ μιν τέκε [νύμφη,

Φόρκυνος θυγάτηρ λς τρυγέτοιο [μέδοντος,

ν σπέσσι γλαφυροσι Ποσειδάωνι μιγεσα.

κ το δ δυσα Ποσειδάων νοσίχθων

ο τι κατακτείνει, πλάζει δ π πατρίδος [αης.

λλ γεθ, μες οδε περιφραζώμεθα [πάντες

νόστον, πως λθσι: Ποσειδάων δ μεθήσει

ν χόλον: ο μν γρ τι δυνήσεται ντία [πάντων

θανάτων έκητι θεν ριδαινέμεν οος.

 

(Od. I, 64-79).

 

 

«Hija mía, ¿qué palabra ha escapado del cerco de tus dientes? ¿Cómo podría olvidar al divino Odiseo, superior entre los mortales por su inteligencia, que ofreció sacrificios a los dioses inmortales que poseen el ancho cielo? Poseidón, el que sacude la tierra, aún está indignado por el cíclope, Polifemo, semejante a un dios, al que Odiseo privó de su único ojo, aun siendo este el mayor de todos los cíclopes por su fuerza. A él lo parió la ninfa Toosa, hija de Forcis, el señor del mar estéril, tras unirse con Poseidón en las cóncavas cuevas. Poseidón, el que agita la tierra, no lo ha matado, pero desde entonces lo aparta del camino hacia su tierra patria. Pero, ¡ea!, pensemos todos nosotros sobre su regreso: Poseidón depondrá su cólera, pues no podrá luchar solo contra la voluntad de todos los dioses inmortales».

 

En Ulises 31, no obstante, tiene un papel más relevante: le impone unas pruebas a Ulises y maldice a su tripulación —por tanto, el héroe pierde a sus compañeros, aunque no de la misma manera que en el poema homérico: a excepción de Telémaco, Nono y Thais, una niña alienígena a la que rescata, los demás permanecen inertes, en un estado de congelación—. En mi opinión, este cambio también consigue reforzar la dificultad del viaje que el héroe va a emprender, hace hincapié en la soledad y la desgracia de Ulises. Pero, de esa forma, sus propias cualidades quedan ensalzadas en el capítulo: si sale victorioso de una situación tan compleja es porque su valentía, su bondad y su habilidad para la lucha sobresalen.

© DiC Entertainment y Tokyo Movie Shinsha (TMS) 1981

Por cierto, me parece especialmente destacable que Ulises, en su enfrentamiento con los cíclopes, no se valga de su ingenio, su principal cualidad —o, al menos, no de forma tan destacada—. De hecho, únicamente se sirve una artimaña para cegar al cíclope: cuando decide que es el momento adecuado para rescatar a Telémaco, se lanza directamente al combate y lucha contra los adoradores del cíclope. No los engaña sobre su identidad, tampoco necesita una estratagema ingeniosa para marcharse del planeta. Y es que ya en la Antigüedad ese ingenio suyo no siempre era visto con buenos ojos. Aunque en muchos textos se destaca como una cualidad admirable, en otros no es así. Ulises aparece como un hombre vil, tramposo, egoísta, intrigante, capaz de urdir las estratagemas más sucias para conseguir sus objetivos. Me parece que en este primer capítulo de Ulises 31 ese ingenio que podría ser negativo se ve opacado por otras cualidades que tiene todo protagonista de una historia de aventuras —y que el Ulises de la Antigüedad también poseía—: el arrojo y la habilidad en el combate. ¡Ya le dedicaré una entrada en el futuro a la figura del héroe griego y su representación en este anime!

 

Con esto termino por hoy. 😊 ¡Espero que os haya gustado! Pronto seguiré hablando de Ulises 31 y de cómo se adaptan la Odisea y los mitos griegos en esta serie que tanto éxito tuvo. Por mi parte, os espero la semana que viene con las últimas entradas del año para hacer un repaso a los animes que he visto y los mangas que he leído en 2021. ¡Hasta entonces! 🤗

Bibliografía

Como siempre, os dejo aquí una lista de referencias que me han servido para escribir la entrada y que podéis consultar. 😊

Castello, Maria G. & Scilabra, Carla (2015). “Theoi becoming Kami: Classical mythology in the anime world”, en Carlà, Filippo & Berti, Irene (eds.). (2015). Ancient Magic and the Supernatural in the Modern Visual and Performing Arts, Londres: Bloomsbury, pp. 177-196.

Grimal, Pierre (1981). Diccionario de mitología griega y romana (trad. de Francisco Payarols), Barcelona: Paidós.

Hernández Reyes, Adexe (2008). “Los mitos griegos en el manga japonés”, en Castillo Pascual, María José (coord.) (2008). Congreso Internacional “Imagines”. La Antigüedad en las Artes escénicas y visuales/International Conference “Imagines”. The reception of Antiquity in performing and visual Arts, Logroño: Universidad de La Rioja, pp. 633-644.