2021 ya
termina y, con él, otro año peculiar, por decirlo de algún modo. No sé a
vosotros, ¡pero a mí el tiempo se me pasa cada vez más rápido! Pese a que hemos
tenido una especie de secuela de 2020 y nos hemos vuelto a ver al límite en
muchos sentidos, si hago balance, puedo decir que, en general, 2021 ha sido un
buen año para mí. Mi vida ha cambiado mucho por diferentes razones, se me han
planteado diferentes retos… y, al igual que en 2020, he podido disfrutar de un
montón de lecturas, estudiar y empezar a trabajar en lo que realmente me gusta —¡cruzo
los dedos para que en el futuro me sigan saliendo cosas!—. En lo que respecta a
Afrodita L, 2021 no podría haber sido mejor. 😊 El blog
ha continuado creciendo pasito a pasito y, aunque sigue siendo un rincón humilde, me ha traído cosas muy buenas. He participado en proyectos con otros
compañeros, he conocido a gente maravillosa y me ha abierto puertas que jamás
pensé que serían para mí. Como siempre, quiero daros las gracias a todos los
que me leéis por estar otro año más ahí y permitirme compartir con vosotros mi
pasión por el manga, el anime y la cultura grecolatina. 😊
Al igual
que hice en 2020, y dado que estamos a las puertas de un año nuevo, quiero
hacer un repaso en el blog de los animes que he visto y los mangas que he
leído. De nuevo, 2021 no ha sido fácil, pero creo que ha habido propuestas muy
interesantes en el campo de la animación japonesa. Por otro lado, el mundo
editorial del manga sigue en un buen momento y han visto la luz títulos que jamás
pensé que se publicarían en España. Parece que en 2022 también tendremos muchas
sorpresas, ¡y yo me alegro un montón!
La
entrada de hoy se la dedico a los animes. Aunque la mayoría son series de 2021,
también he tenido tiempo para ver alguna de años anteriores. ¡Y no quiero
olvidarme de los estrenos en nuestras salas de cine! Al igual que el año
pasado, los animes no están en orden de preferencia: simplemente, son aquellos
que me han hecho disfrutar, en mayor o menor medida, a lo largo de 2021. ¡Vamos
allá! 😊
Las
sorpresas de 2021
Comienzo
con algunos animes que me resultaban llamativos, pero que terminaron
sorprendiéndome bastante. Las extrañas enfermedades a las que se enfrenta el
doctor Ramune en Kaybyôi ramune. Las trepidantes y coloridas
competiciones de skateboard de SK8. Los misterios de la familia
de las sombras y sus muñecos en Shadows house. El reencuentro de Minato
con el waterpolo en Re-main. Sin embargo, hay tres de esas sorpresas que
quiero destacar especialmente.
La
primera es Tenchi sōzō design-bu. Empecé a ver el anime un poco por
casualidad, porque el argumento parecía curioso —¿el día a día del Departamento
de Diseño de Animales del cielo? Tenía que darle una oportunidad—. Acabó
convirtiéndose en uno de mis favoritos de la temporada de invierno tanto por
los extraños retos que debían superar los personajes —Dios nunca se lo ponía
fácil con sus encargos— como por la cantidad de curiosidades que aprendía con cada capítulo.
Odd taxi es una
de esas joyas escondidas que suele haber en toda temporada de anime. No hacen
demasiado ruido, pero, cuando te decides a verlas, descubres que merecen
muchísimo la pena. Odd taxi es muy especial por varias razones: su opening,
la historia coral que desarrolla, la manera en que todas las tramas terminan
por confluir… Si no le habéis dado una oportunidad a este anime, hacedlo: no os
vais a arrepentir. ¡Quién iba a decirme que la vida de un taxista podría retorcerse tanto!
Termino
de hablar sobre los estrenos con Blue period. Había oído hablar muy bien
del manga y me apetecía mucho leerlo, pero terminó en mi lista de pendientes —demasiadas
series y poco sitio en las estanterías…—. Cuando se anunció su adaptación
animada, pensé que era el momento de descubrir la historia de Yatora Yaguchi. ¿La
conclusión? Creo que no tardaré en comprar el manga. 😅 Es lo
que pasa cuando disfruto tanto de una adaptación. Me gusta mucho cómo la serie
nos permite bucear en el mundo del arte mientras acompañamos al protagonista en
un viaje de descubrimiento sobre lo que quiere plasmar en sus obras, su futuro como pintor y él mismo.
Antes de pasar al siguiente apartado, me gustaría mencionar un anime que no es de 2021, pero que sí he visto este año: Your lie in April. Después de que unos amigos me lo recomendaran muy encarecidamente, decidí leer el manga, que tenía pendiente desde hacía un tiempo. Me pareció una historia preciosa, llena de sensibilidad, y, aunque en las viñetas se transmite todo a la perfección —¡es como si en ellas hubiera música!—, tenía ganas de ver cómo se había llevado a la pequeña pantalla. Creo que las dos versiones de la obra se complementan a la perfección.
Aventuras
y acción a raudales
En 2021,
hemos podido adentrarnos en historias llenas de acción, con personajes muy
variopintos y adaptaciones de series muy queridas por el público. En este
sentido, cabe destacar el regreso a la pequeña pantalla de Shaman king,
manga que ya fue trasladado al anime hace unos años. Yo no había leído la
historia ni había visto la serie, pero me apetecía mucho: su fama la precede. De
momento, estoy disfrutando bastante de la nueva adaptación. ¿Mi personaje
favorito? Anna, por supuesto.
Pero,
sin duda, si hay un anime de aventuras que me ha llegado es Fena: pirate
princess. Su fórmula, en la línea de las historias de aventuras más
tradicionales, funciona, creo, y cuenta con un elenco de personajes memorables,
el punto fuerte de la serie. ¡Me habría gustado que durara más! Además, es muy
entretenido y te mantiene en vilo mientras se van resolviendo todos los
misterios que envuelven a la protagonista.
No
quiero dejarme tampoco Saihate no paladin. Los isekais tienen que
llamarme mucho la atención para que me decida a darles una oportunidad, y este
lo consiguió: ¿un chico criado por tres muertos vivientes? Parecía el tipo de
historia que me gusta. En efecto, fue así: pese a que ciertos puntos no me
convencen del todo, es un anime muy disfrutable. No creo que tarde en hablaros
de él con más profundidad. 😉
Y qué decir de Fumetsu no anata e… Ya había leído el manga y me gusta bastante, por lo que me apetecía revivirlo en su adaptación animada. Las peripecias del ser inmortal creado por Yoshitoki Ôima y los peligros que debe afrontar me volvieron a emocionar. Y el corazón se me encogió otra vez en determinados momentos de la historia.
Alejándome
ya de las aventuras y centrándome en el Japón del presente, no puedo terminar
este apartado sin mencionar uno de los animes del año por varias razones: Tokyo
revengers. Takemichi, Mikey, Draken y los demás han levantado pasiones
entre los espectadores españoles, y no es para menos: viajes en el tiempo,
acción y más acción, un protagonista atípico en cierto modo, bandas de
delincuentes juveniles. Cada capítulo me dejaba con ganas de más. ¡No puedo
esperar a saber lo que pasa! Menudo final de temporada…
Historias
que te sacan una sonrisa… ¡o una carcajada!
Animes
tiernos, de superación, con toques de humor. Han sido varias las series que han
logrado hacerme sonreír, por unas razones u otras. Taisho otome otogi banashi,
por ejemplo, centrado en la historia de amor entre Yamahiko y Yuzuki. El
primero es un muchacho rico que se siente un inútil por las secuelas sufridas tras un accidente; la segunda, una chica tierna e inocente a la que el padre de
Yamahiko compra para que se case con él. Podrían tenerlo todo en contra para
ser felices, pero, poco a poco, van superando diferentes contratiempos. La
relación entre ellos se va desarrollando a fuego lento, con ternura. Y, por
supuesto, también hay lugar para los pequeños momentos de humor.
Ôsama
ranking es otro de esos animes que te sacan una sonrisa. Se ha
convertido, por derecho propio, en uno de mis favoritos de 2021. Y es que Bojji
es uno de los personajes más adorables de este año. Pero no solo eso: también
es un ejemplo de perseverancia. Pese a que no puede oír y todo el mundo lo
considera débil, no se rinde y se esfuerza por convertirse en un rey fuerte.
Kage, su compañero sombra, también me encanta y la amistad que se forja entre
ambos es muy bonita.
Tampoco
puedo olvidarme de Kageki shôjo!!, uno de mis preferidos de la temporada
de verano. El trabajo y el esfuerzo que hacen Ai, Sarasa y sus compañeras para
convertirse en las estrellas de la compañía femenina de teatro Kouka consiguieron
engancharme. Además, en el anime se tratan temas muy presentes hoy en día, como
el acoso o los trastornos alimenticios, lo que le da profundidad a la serie. Por
cierto, adoro a Sarasa: su inocencia, su capacidad para luchar contra las
adversidades, su carácter tan particular… y todo lo que se nos va revelando
sobre ella a medida que avanza el anime y que la hacen un personaje redondo,
con muchos matices.
Si lo
que queréis, sin embargo, es reíros a la vez que disfrutáis de una obra llena
de sensibilidad, entonces Komi-san no puede comunicarse es una buenísima
opción. A una historia de superación que, como las otras dos series que he
mencionado, te saca una sonrisa, se suman incontables momentos de humor que
funcionan a la perfección en el argumento. Decidí que iba a verla por el primer
capítulo, que me parece magistral, y me quedé tanto por la propia Komi —un
personaje que despierta mucha ternura— como por Tadano y el resto de sus compañeros,
a cuál más peculiar. Los jueves por la noche se convirtieron en uno de mis
momentos favoritos de la semana: llegar a casa después de un día intenso, cenar
y acompañar a Komi en sus intentos de hacer nuevos amigos para ganarle el pulso a su ansiedad social. También me he
quedado con ganas de leer el manga.
Series llenas
de matices
Ahora
voy a hablaros de varios animes que destacan por sus singulares propuestas o
por su apartado artístico. Y es que este también han sido un año en el que
algunos estudios de animación se han arriesgado con historias atrevidas,
profundas, desconcertantes. Empiezo con Wonder egg priority, uno de los
animes más interesantes de la temporada de invierno, tanto por lo visual —el
colorido de las escenas, una buena animación, un mundo original y cuidado— como
por los temas que trata. El suicidio, el trauma, los problemas familiares, los
miedos… Cada una de las protagonistas tiene sus propias heridas, un motivo para
luchar y un deseo para el futuro.
Sonny
boy,
por su parte, se convirtió en uno de los animes más originales de la temporada
de verano. Puede que no sea para todo el mundo y que cueste entrar en la
historia, pero eso solo lo hace aún más fascinante. Incluso cuando uno no logra
quedarse con todos los detalles o necesita tiempo para encajar las piezas del
puzle se siente atraído por la historia de esos estudiantes que se han quedado
atrapados en una dimensión paralela.
Termino
con Heike monogatari, una joya producida por Science Saru que tiene sus
raíces en la obra clásica japonesa del mismo nombre. Es un anime complejo por
la cantidad de personajes que desfilan por él, pero merece mucho la pena: las
relaciones que se establecen entre ellos y las intrigas en el seno del poder
conforman un argumento interesante, que deja con ganas de más. Por no hablar de
la animación, tan especial, como es costumbre en Science Saru.
El anime
invade las salas de cine
A causa
de la pandemia, mis visitas al cine se han reducido bastante, entre unas cosas
y otras. Pero este año se estrenaban varias películas de anime que me apetecía
mucho ver, así que no tenía excusa. Para empezar, Digimon adventure: last
evolution kizuna. Los niños elegidos de siempre, con sus compañeros de
siempre, en una nueva aventura que ponía el broche final a esa serie que tan
importante fue para mí durante la infancia. No os miento si os digo que el día
que fui a verla la gran mayoría de los espectadores eran personas que, como yo,
querían ver a los monstruos digitales de su niñez una vez más. Y todos salimos
emocionados. Por cierto, le dediqué una entrada hace unos meses.
¿Qué
decir de Guardianes de la noche: tren infinito? Me alegró mucho que se
anunciara su estreno en nuestras salas: Kimetsu no yaiba me encanta y
ver la magnífica adaptación de Ufotable en pantalla grande prometía ser toda
una experiencia. Fui con mi hermana y, aunque yo ya sabía lo que ocurría, dio
igual: viví el arco de Rengoku como si fuera la primera vez.
El
último título que quiero mencionar es Josee, el tigre y los peces. Me
apetecía un montón verla después de todo lo que había leído al respecto: el
argumento me llamaba la atención y las críticas eran bastante buenas en
general. Pues bien, os confirmo que me pareció una buena película, con una de
esas historias que te llegan al corazón y te hacen salir del cine con la
sensación de que ha merecido la pena ir. Si no la habéis visto, os la
recomiendo.
Reencontrarnos
con personajes e historias: nuevas temporadas
Una
nueva temporada siempre está bien, ¿verdad? Este año, he podido disfrutar de
continuaciones de algunos de mis animes favoritos y, en este sentido, ha sido
un buen año. Regresar a la escuela Cherryton con Legoshi y los demás. Luchar
por la ciencia junto a Senku y sus amigos. Acompañar a Deku en su camino
para convertirse en superhéroe. Seguir los juegos de ingenio entre Moriarty y
Sherlock Holmes. Explorar el cuerpo humano en compañía de un glóbulo rojo un
tanto torpe y un glóbulo blanco dispuesto a todo por defender su hogar. Cerrar
heridas y mirar hacia el futuro con Toru y la familia Soma. Evitar, de nuevo,
el peor destino posible para Catarina Claes. Vivir aventuras con las princesas
mitad demonio. Y, por supuesto, defender a la gente de los demonios en compañía
de Tanjirô, Zenitsu, Inosuke y el pilar del sonido —como no podía ser de otra
forma, me está encantado el nuevo arco de la serie—.
Pero no
solo ha habido nuevas temporadas. También han regresado, de una forma u otra, franquicias
y personajes que me encantan. Aquí quiero destacar Bungou stray dogs wan!,
en el que Atsushi, Dazai, Akutagawa y los demás vuelven para hacernos pasar un
buen rato mostrándonos un día a día lleno de momentos cómicos. A falta de una
nueva temporada del anime original —¡espero que no tarden mucho en estrenar la
cuarta!—, está bastante bien. En ese sentido, soy una persona muy sencilla: veo
algo de Bungou stray dogs y me gusta.
Por otro lado, en lo que respecta a Cells at work!, además de su nueva temporada hemos podido disfrutar de la adaptación de uno de sus spin-off: Cells at work! BLACK. Me gusta mucho la serie original y también me ha encantado esta, con un toque bastante más oscuro… La premisa del anime es la misma —seguir las peripecias de las células para mostrarnos cómo funciona el cuerpo humano—, solo que Cells at work! BLACK transcurre en el interior de una persona que no se cuida. Como podéis imaginaros, las consecuencias son nefastas.
Con esto
termino la entrada de hoy. 😊 Me ha quedado más larga de lo que pensaba
en un principio, pero había muchos animes que quería comentar. 😅 ¿Cuáles
han sido vuestros favoritos de 2021? Por mi parte, os espero mañana con el
repaso de los mangas de este año. ¡Hasta entonces! 🤗
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