miércoles, 16 de diciembre de 2020

Reseña: Box. Hay algo dentro de la caja

Hay lecturas que superan tus expectativas. Sabes que van a gustarte por el argumento, por el autor que está detrás o por el estilo de dibujo, pero, aun así, consiguen sorprenderte. Eso es lo que me ha sucedido a mí con Box. Hay algo dentro de la caja, publicado en España por Satori Ediciones. Recuerdo la presentación de novedades del Manga Barcelona de 2019 en la que lo anunciaron —junto con otros títulos muy interesantes que ya nos han llegado o están a punto de hacerlo—. ¿Un survival horror de un autor de culto? Desde luego, parecía hecho para mí.

Y, pese a las ganas que tenía de leerlo ya desde el principio, Box me ha gustado más de lo que imaginaba. Quería empezarlo una vez hubieran salido los tres tomos para no tener que esperar, ¡y menos mal que lo hice! Aunque Satori ha sacado los volúmenes con muy pocas semanas de diferencia, creo que me habría podido la impaciencia por saber cómo continuaba la historia. Box me duró una tarde y se ha convertido en una de mis lecturas favoritas de este año. Os cuento por qué en la reseña de hoy. 😊

El misterio de los rompecabezas

© Daijirô Morohoshi 2016.

La vida de Kôji, alterada por un suceso que la cambió completamente, da un nuevo giro de ciento ochenta grados cuando un día le llega un misterioso paquete a su casa. No hay remitente, no hay una carta o una nota: solo una caja hakone que únicamente puede abrirse resolviendo un rompecabezas y una entrada muy enigmática. Kôji se pregunta quién se lo habrá enviado y para qué servirá dicha entrada, pero no encuentra respuestas… hasta que, de repente, empiezan a ocurrir cosas insólitas a su alrededor. Un incidente en su instituto, un encuentro con una misteriosa mujer. Y, además, es testigo de extrañas desapariciones.

La vorágine de acontecimientos en la que, de repente, se ve sumido lo conduce a un parque en el que ha aparecido un extraño edificio con forma de cubo. Pero, cuando llega allí, se da cuenta de que no es el único que se ha sentido atraído por la curiosa construcción: otras siete personas, incluida la misteriosa mujer con la que se encontró, se reúnen con él. Todos han recibido paquetes extraños y desconocen la razón, así que deciden adentrarse en el edificio para resolver el enigma. Lo que ninguno sabe es que, al cruzar el umbral, tendrán que enfrentarse a diferentes pruebas que los llevarán al límite… y que la única forma de volver a su mundo es superarlas todas.

© Daijirô Morohoshi 2016.

Daijirô Morohoshi utiliza elementos clásicos de los survival horror como base para Box, un manga que, pese a servirse de esos ingredientes tradicionales, resulta sorprendente y refrescante gracias a la imaginación de su autor. El mangaka logra combinar una gran cantidad de influencias —que le vienen del cine, el arte, la literatura y el mismo cómic japonés— para dar forma a una historia propia, muy adictiva e inquietante. Y, además, hace partícipe al lector de lo que pasa: no solo seguimos a los personajes como meros espectadores, sino que Morohoshi nos propone, entre capítulo y capítulo, resolver una serie de enigmas ideados por él. Como si nosotros, de alguna manera, nos encontráramos también en el interior del edificio con forma de cubo. 

El mundo de la caja

Morohoshi no solo pretende enganchar al lector con una historia interesante, con la intriga que genera cuando volvemos las páginas, con el diseño de un curioso mundo de cajas, cubos e ilusiones. Box emociona, sí, y hace que queramos saber a medida que avanzamos en la lectura. Pero también le permite a su autor tratar diferentes temas muy importantes mediante los personajes, los misterios que nos plantea y su manera de hacerlo.

© Daijirô Morohoshi 2016.

Kôji no es seleccionado por casualidad, y tampoco sus compañeros. Ninguno de ellos. Todos guardan secretos en su interior, algunos se han sentido fuera de lugar en su mundo por diferentes razones. Y el motivo por el que llegan al edificio para enfrentarse a sus rompecabezas no es, simplemente, que alguien quiera jugar con ellos y entretenerse con sus intentos por sobrevivir —aunque la inquietante niña que los recibe nada más entrar disfrute de lo lindo cada vez que tienen dificultades—. Hay una razón mucho más importante que no desvelaré para no destriparos la historia. 

© Daijirô Morohoshi 2016.

Esos secretos y ese motivo por el que los personajes son convocados le sirven a Morohoshi para hablar del duelo, de la identidad de género, del abandono y la incomprensión. Sus protagonistas no solo tienen que enfrentarse a los rompecabezas que se les plantean, sino a sus propios fantasmas e inseguridades. Aun así, no todos tienen buenas intenciones: Box es también una historia sobre el lado oscuro y egoísta que muchas veces mostramos en las situaciones más desesperadas. Incluso cuando lo mejor sería colaborar.

Morohoshi construye bien a sus personajes, los dota de rasgos propios y los hace complejos para que su historia funcione y lo ayuden a reflexionar sobre nuestro mundo, sobre una realidad que no siempre es bonita. Consigue intrigarnos también a través de lo que hacen y dicen. Ese es, por ejemplo, el caso de Kyôko, la misteriosa mujer que se une a Kôji y los demás por unos motivos que solo ella conoce.

Daijirô Morohoshi: dibujar el misterio

© Daijirô Morohoshi 2016.

Daijirô Morohoshi no solo sabe jugar muy bien sus cartas para entretejer un argumento sólido y adictivo. Con su estilo de dibujo, también es capaz de conseguir que el lector se sumerja de lleno en esa atmósfera tan opresiva que rodea a los personajes de Box cuando se adentran en el extraño edificio al que acuden por intuición. Sombras y una mayor presencia del color negro para transmitir inquietud y sensación de peligro. Extrañas criaturas que acechan en cualquier rincón. Salas imposibles que parecen sacadas de un mal sueño. ¿Mi favorita? La de las ilusiones, de la que no diré mucho para que la descubráis por vosotros mismos.

¿Y qué decir de los personajes? Morohoshi es capaz de retratar su miedo y su preocupación de una manera muy particular, con unos trazos que recuerdan a los de un manga clásico. También dota de una expresividad especial a la niña diabólica, la guía de sus protagonistas en el extraño mundo de la caja: en su rostro refleja su maldad, su diversión por las complicaciones que sufren los personajes durante las pruebas, su fastidio cuando consiguen confundirla.


Con esto termino la reseña de hoy. 😊 ¡Os invito a que le deis una oportunidad a Box, estoy segura de que no os decepcionará! Y espero que, dentro de poco, podamos disfrutar de más obras de Daijirô Morohoshi en español.

 

Antes de concluir, me gustaría contaros una cosa. Hace unos días, los chicos del blog Estantería Otaku me invitaron a participar en su sección de “La enREDvista”, en la que entrevistan a editoriales, páginas web y blogs del mundo del manga, el anime, el cine, los videojuegos..., con el objetivo de darles un poco de visibilidad. Por ella han pasado editoriales como Fandogamia y Kodai y compañeros de páginas webs, la blogosfera y YouTube como La bandera de la libertad, AnimeFagos, BlogVisualTu web animeMisión Tokyo o Ninguna Parte, entre otros. Fue todo un honor para mí que contaran conmigo. 😊 Podéis leer la entrevista aquí. Os invito a que le echéis vistazo a Estantería Otaku, a la sección de “La enREDvista” y a las webs que han participado en ella. Hay mucha gente haciendo cosas increíbles. 😊

Y ya que estoy hablando de páginas web podéis visitar aquí el blog de Otaku Center y Omega Center, en el que escribo de vez en cuando. Me uní al proyecto este año y estoy disfrutando mucho. 😊 Me siento muy a gusto con mis compañeros y me encanta trabajar con ellos.

Ahora sí, termino el post de hoy. Os espero dentro de unos días con una nueva entrada sobre manga y mundo clásico, ¡la última del año! Qué rápido se pasa el tiempo, ¿verdad? 😊 ¡Hasta la semana que viene!

2 comentarios:

  1. Has despertado nuestra curiosidad con la obra de Daijirô Morohoshi. De hecho, desconocíamos por completo a este mangaka, de modo que vamos a poner nuestras miras en sus trabajos, empezando por la publicación que nos ocupa. En el caso que nos ocupa, y salvo equívocos, parece beber mucho de varias obras cinematográficas y otras sagas de videojuegos ya consolidadas.

    De hecho, nuestros primeros pensamientos han ido a parar a Cube y Zero Escape, experiencias que más allá de funcionar como ingeniosos rompecabezas, ponen de manifiesto algunos planteamientos de la naturaleza humana, atrapada en sus rutinas e inseguridades y no exenta de secretos.

    Un saludo y buen artículo ^^

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    1. ¡Justo, bebe de ese tipo de obras! :) Espero que os guste cuando lo leáis.
      ¡Muchas gracias! ^^

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