Ya era
hora de dedicarle una entrada al dios del manga, ¿verdad? 😊 Osamu
Tezuka, que tantos y tantos títulos nos ha dejado, conocía los mitos y la
cultura grecolatina, y los utilizó varias veces en sus obras. Ya os hablé hace
un tiempo de Umi no triton, pero no es este el único de sus cómics en el
que podemos encontrar las huellas de un pasado lejano y ajeno al país del sol
naciente. Hoy os voy a hablar de uno de ellos, un manga muy llamativo dentro de
la producción de Tezuka: La canción de Apolo. En él, el autor abandona
el tono más inocente de algunas de sus obras anteriores para ofrecernos una
historia madura que entronca directamente con el gekiga.
El manga,
publicado en España por ECC Ediciones, nos cuenta las desventuras de Shôgo, un
joven al que han internado en un psiquiátrico debido a su conducta violenta. Su
infancia y su traumática relación con su madre lo han llevado a rechazar cualquier
tipo de amor y a aniquilar, como consecuencia, a todo animal que ve en actitud
cariñosa con una pareja. Shôgo, durante una terapia bastante agresiva, es
trasladado al templo de una diosa que lo condena a amar a una mujer por toda la
eternidad. Sin embargo, nunca podrá consumar su amor… porque, antes de que eso
suceda, él y su amada morirán.
De
entrada, podría parecer que La canción de Apolo apenas guarda relación
con la cultura grecolatina más allá del título y un par de detalles de los que
luego hablaré. No obstante, mientras estaba investigando para mi TFG, encontré
un artículo muy interesante escrito por Nicholas Theisen (2011) en el que este autor
relaciona el manga de Tezuka con la tragedia griega y, en concreto, con la Orestea,
trilogía compuesta por Esquilo. Aunque no hay testimonios exactos que indiquen
que este fuera el modelo de Tezuka, existen muchas similitudes entre las dos
obras que llevaron a Theisen a establecer un vínculo entre ambas. La lectura
que hace me parece bastante sugerente, así que hoy voy a hablaros de eso, de los diferentes argumentos de este autor y un par de ideas sueltas que se me han ocurrido a partir de ellos. 😊 No
estoy segura de lo que tenía Tezuka en la cabeza cuando escribió y dibujó su
manga, pero creo que el artículo de Theisen no solo es interesante por proponer
a Esquilo como una posible fuente del mangaka, sino porque nos muestra
cómo dos obras de diferentes culturas y épocas pueden establecer un diálogo y
tener ciertos elementos narrativos en común. ¡Empezamos!
Esquilo
y la historia de Orestes
Clitemnestra y Egisto a punto de matar a Agamenón, de Pierre-Narcisse Guérin (1822) |
Esquilo,
uno de los trágicos griegos más importantes, tomó la historia de Agamenón, Clitemnestra
y Orestes como base para la Orestea, la única de sus trilogías que
conservamos en la actualidad. Se compone de tres partes, Agamenón, Las
coéforas y Las Euménides. En ellas, Esquilo desarrolla la historia del
asesinato de Agamenón por parte de su esposa, la venganza que se cobra su hijo
y el castigo que este debe soportar por el crimen de sangre que ha cometido.
Clitemnestra,
la mujer de Agamenón, sentía una profunda rabia hacia su marido. Este había
sacrificado a Ifigenia, la hija de ambos, en el puerto de Áulide para que los
griegos pudiesen marchar a Troya a combatir en la guerra y recuperar a Helena.
Agamenón había ofendido a Ártemis por motivos que difieren según las
tradiciones, así que la diosa se encargó de calmar los vientos para que las
naves no pudieran partir. Solo el sacrificio de la joven logró apaciguarla.
Clitemnestra
había llevado a su hija hasta allí engañada, sin conocer los planes de su
marido. Sus ansias de venganza se sumaron a la relación que surgió entre ella y
Egisto, quien logró seducirla. Este se convirtió en el nuevo señor del hogar de
Agamenón y su familia, y entre ambos maquinaron el asesinato del rey. Según
algunas versiones, fue Egisto quien se encargó de él; en el caso de las tragedias
de Esquilo —y esto es importante
a la hora de analizar La canción de Apolo— es Clitemnestra la que acaba
con la vida de su marido. Sin embargo, no pudo matar a su hijo Orestes porque
en ese momento estaba ausente. Algunos afirman que fue su hermana Electra quien
lo alejó de palacio, mientras que otros señalan a su nodriza o a algún criado.
Orestes perseguido por las furias, de William-Adolphe Bouguereau (1862) |
Con el tiempo, Orestes regresó a su
hogar para vengar la muerte de Agamenón, animado por el dios Apolo o por la
propia Electra. Así, se introdujo disfrazado en el palacio y logró consumar su
venganza. Las súplicas de Clitemnestra, que incluso le mostró el pecho que lo
había amamantado para conmoverlo, no surtieron efecto, aunque Orestes dudó unos
instantes. Sin embargo, aquel fue el principio de un nuevo tormento: las
erinias, encargadas de castigar los crímenes, empezaron a perseguirlo. En la
trilogía de Esquilo, el muchacho busca refugio en el oráculo de Delfos, donde
Apolo le asegura que intervendrá en su favor y le ofrece protección. Pero las
erinias no están satisfechas, así que el joven se somete a un juicio en Atenas,
en lo que luego fue el Areópago, el tribunal de la ciudad. Atenea interviene
como jueza y su voto es fundamental para, finalmente, absolver al joven. La
historia termina más o menos bien, pese a las muchas desgracias que
debe soportar Orestes.
Shôgo y su particular Orestea
© Osamu Tezuka, 1970, 2014. |
La canción de Apolo es un manga complejo en el que Osamu
Tezuka, mediante las diferentes vidas y alucinaciones de Shôgo, nos habla sobre
el amor y la sexualidad, entre otros temas. En las páginas del manga, asistimos
a diferentes historias ubicadas en el futuro, en la Segunda Guerra Mundial, en
el presente de Shôgo. Y siempre se repite el mismo esquema: el protagonista
conoce a una mujer de la que termina enamorándose para después perderla sin
haber podido disfrutar plenamente de ese amor. No obstante, pese a que la trama
no se parezca a la de la Orestea, Theisen encuentra varios parecidos
entre ambas obras, como ya dije al principio, y es en eso en lo que voy a
centrarme ahora.
En primer lugar, es importante aludir a
la relación que Shôgo tiene con su madre. Al igual que en el caso de Orestes,
está lejos de ser ideal. Si en el mito escogido por Esquilo Clitemnestra se
deja cautivar por Egisto —lo que después la lleva al asesinato de Agamenón,
entre otras razones—, en La canción de Apolo la madre de Shôgo se
acuesta continuamente con diferentes hombres, sin serle fiel a ninguno. El
protagonista ni siquiera conoce la identidad de su padre: su madre se la oculta
y, de esa forma, lo priva de su compañía. Orestes sí conoce a Agamenón, pero
Clitemnestra también se lo arrebata. En ambos casos, tanto la infidelidad como
el hecho de que ambas mujeres terminen, de una forma u otra, con la figura
paterna es lo que desencadena el odio de los hijos. Por otro lado, Orestes
tiene una nodriza que se encarga de él; la madre de Shôgo lo rechaza y apenas
se ocupa de su hijo.
Además de eso, Theisen señala que hay ciertos símbolos que
se repiten en la Orestea y La canción de Apolo. Uno de ellos es
el de la serpiente como entidad monstruosa y causante de todo tipo de males. En
Las coéforas, se nos habla de un sueño premonitorio de Clitemnestra:
tiene una pesadilla en la que da a luz a una serpiente que termina haciéndole
daño. Así lo vemos en este pasaje:
Χορός οἶδ᾽, ὦ τέκνον, παρῆ γάρ: ἔκ τ᾽ ὀνειράτων καὶ νυκτιπλάγκτων δειμάτων
πεπαλμένη χοὰς ἔπεμψε τάσδε δύσθεος γυνή. Ὀρέστης ἦ καὶ πέπυσθε τοὔναρ, ὥστ᾽ ὀρθῶς φράσαι; Χορός τεκεῖν δράκοντ᾽ ἔδοξεν, ὡς αὐτὴ λέγει. Ὀρέστης καὶ ποῖ τελευτᾷ καὶ καρανοῦται λόγος; Χορός ἐν ι παιδὸς ὁρμίσαι δίκην. Ὀρέστης τίνος
βορᾶς χρῄζοντα, νεογενὲς δάκος; Χορός αὐτὴ προσέσχε μαζὸν ἐν τὠνείρατι. Ὀρέστης καὶ πῶς ἄτρωτον οὖθαρ ἦν ὑπὸ στύγους; Χορός ὥστ᾽ ἐν γάλακτι θρόμβον αἵματος σπάσαι. (A.
Ch., 523-533.). |
Corifeo Lo sé, hijo, pues estaba presente.
Agitada por los sueños y terrores que le impedían dormir, envió estas
libaciones la mujer impía. Orestes ¿Acaso conoces el sueño hasta tal punto
que me lo puedas contar con exactitud? Corifeo Creyó haber dado a luz una serpiente,
según ella misma dice. Orestes ¿Y dónde termina, hasta dónde alcanza el
relato? Corifeo Como a un niño la envolvió en pañales. Orestes ¿Qué alimentos necesitaba la serpiente
recién nacida? Corifeo Ella misma le acercó el pecho en el
sueño. Orestes ¿Y no resultó herida la mama por la
espantosa criatura? Corifeo Hasta el punto de que sacó un coágulo de sangre mezclado con la leche. |
Ὀρέστης ἀλλ᾽ εὔχομαι γῇ τῇδε καὶ πατρὸς τάφῳ τοὔνειρον εἶναι τοῦτ᾽ ἐμοὶ τελεσφόρον. […] εἰ γὰρ τὸν αὐτὸν
χῶρον
ἐκλιπὼν ἐμοὶ οὕφις ἐμοῖσι
σπαργάνοις ὡπλίζετο, καὶ μαστὸν ἀμφέχασκ᾽ ἐμὸν θρεπτήριον, θρόμβῳ δ᾽ ἔμειξεν αἵματος φίλον γάλα, ἡ δ᾽ ἀμφὶ τάρβει τῷδ᾽ ἐπῴμωξεν πάθει, δεῖ τοί νιν, ὡς ἔθρεψεν ἔκπαγλον τέρας, θανεῖν βιαίως: ἐκδρακοντωθεὶς δ᾽ ἐγὼ κτείνω νιν, ὡς τοὔνειρον ἐννέπει τόδε. (A. Ch., 540
y ss.). |
Orestes ¡Suplico a esta tierra y a la tumba de
mi padre que este sueño se cumpla en mí! […] Pues si, tras haber abandonado
el mismo seno que yo, la serpiente fue envuelta en mis pañales, abrió la boca
para chupar el pecho que fue mi alimento, mezcló con un coágulo de sangre la
amada leche y ella [Clitemnestra] gritó horrorizada por el dolor, es preciso
que ella, puesto que alimentó al terrible monstruo, muera violentamente.
Transformado en serpiente, yo la mato, según este sueño refiere. |
© Osamu Tezuka, 1970, 2014. |
Y aún hay más. Theisen señala que, al principio de la
tragedia de Agamenón, el coro alude al episodio de Áulide y afirma que
Calcante, el adivino que se encontraba en compañía de las huestes griegas, vio que
dos águilas devoraban a una liebre preñada. De inmediato, identificó a las dos
águilas con Agamenón y su hermano Menelao, y relacionó la escena con Ártemis y
su cólera —recordemos que la diosa, como venganza por una ofensa, calmó los
vientos para que las naves griegas no pudieran zarpar—. Shôgo, en la segunda
historia, caza una liebre para sobrevivir en la isla desierta, lo que
desencadena la venganza de los animales salvajes —por cierto, muy relacionados
con la diosa griega de la caza, que suele encontrarse en la naturaleza—.
Theisen admite, sin embargo, que estas
semejanzas pueden ser casuales y que la historia de Shôgo puede explicarse a
través del budismo y su idea de la reencarnación. De todas formas, creo que
ambas tradiciones pueden confluir de alguna forma —un mecanismo muy propio de
muchas manifestaciones de la cultura popular—. Además, me parece que la
historia de Shôgo tiene un halo propio de las tragedias griegas y,
concretamente, de las de Esquilo. Ese ser humano que incurre en una falta y
tiene que pagar por ella, ese castigo que lo persigue y que parece
irremediable, ese aprendizaje a través del sufrimiento —πάθει μάθος, ‘páthei
máthos’—. Esté acertado o no Theisen, la esencia de ambas obras es parecida y
creo que eso, de algún modo, las hermana.
Atenea y Apolo: los dioses griegos
vuelven al manga
Pero La canción de Apolo y la
cultura grecolatina no están ligadas solo por las semejanzas que Theisen
encuentra entre las tragedias de Esquilo y la obra de Tezuka. Hay otros
elementos que consiguen ligar el manga a la Antigüedad clásica. Los dioses
griegos también están presentes en las desventuras de Shôgo, de una forma u
otra.
© Osamu Tezuka, 1970, 2014. |
El primero de ellos es Apolo, que
aparece ya en el título. El dios de la música, la medicina, las artes poéticas
y los oráculos se encuentra presente en una de las historias de amor de Shôgo: la
de Hiromi, una joven que lo acoge en su casa para, en teoría, entrenarlo como
atleta. Sin embargo, sus motivos son bien diferentes: lo que quiere es curarlo.
La relación entre ambos va avanzando hasta que el protagonista termina
enamorándose de ella. Hiromi también parece sentir lo mismo, aunque lo niega.
Incluso le dice al doctor Enoki, quien trataba a Shôgo en el psiquiátrico, que
lo que de verdad desea es evitarlo. Es entonces cuando el médico le cuenta la
historia de Apolo y Dafne para indicarle que ella también debe convertirse en
laurel y dejar al muchacho a un lado. Si queréis volver a leer el mito, os lo
conté hace unos meses en esta entrada sobre su papel en Olympus no Pollon.
Así, Shôgo queda, de alguna manera, identificado con Apolo. Esta idea se ve también en otro episodio del manga, en el que el protagonista persigue a Hiromi por los alrededores de un lago después de robarle la ropa para molestarla. Echa a correr detrás de ella, pensando que podrá alcanzarla… pero no lo consigue. Y, cuando cae desmayado en el suelo, lo que hace es susurrar el nombre de Apolo, un dios que, como él, no pudo alcanzar a la mujer de la que se había enamorado. De todas formas, no creo que la identificación de Shôgo con el dios griego se quede tan solo en este episodio y su relación con Hiromi: a lo largo de todo el manga, el personaje de Tezuka persigue un amor que nunca logra aprehender, por mucho que lo intente. No hay que olvidar, como también apunta Theisen, que Apolo es un dios importante en la trilogía de Esquilo, ya que es él quien insta a Orestes a cumplir con su venganza y quien después interviene en su favor.
Athenea Parthenos, en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Viñeta de La canción de Apolo (© Osamu Tezuka, 1970, 2014). |
La otra diosa presente en La canción de Apolo es Atenea. Es la divinidad a la que Shôgo conoce, la que le reprocha su comportamiento, la que lo condena a una eternidad de sufrimiento. En una de sus primeras alucinaciones, el muchacho aparece en un templo griego y se encuentra con su estatua. Es cierto que, en el manga, nunca se la llama Atenea, pero su parecido con la diosa griega es innegable. Solo hay que echar un vistazo a la escultura de Atenea Parthenos para constatarlo: el casco, la pequeña Niké —la victoria— en su mano. Recordemos que esta divinidad es también fundamental en la última parte de la trilogía de Esquilo, ya que es ella quien organiza el tribunal, quien juzga a Orestes y quien finalmente decreta su absolución. En la obra de Tezuka, de todos modos, este papel de jueza se mezcla también, en mi opinión, con el de las erinias, las castigadoras, ya que es la diosa la que «tortura» y hace pagar a Shôgo.
¡Termino aquí la entrada de hoy! 😊 Espero que os haya gustado. Os espero
dentro de unos días con un nuevo post. ¡Hasta entonces!
Bibliografía
Como siempre, os dejo aquí las referencias bibliográficas. En el artículo de Theisen podéis encontrar las ideas fundamentales de este artículo con algún detalle más. 😊 Los fragmentos de Esquilo que he incluido en la entrada son los mismos que Theisen utiliza para justificar sus argumentos.
Grimal, Pierre (1981). Diccionario de mitología griega y romana (trad. de Francisco Payarols), Barcelona: Paidós.
Theisen, Nicholas (2011). “Declassicizing the classical in Japanese comics”, en Marshall, C. W. & Kovacs, George (eds.) (2011). Classics and comics, Oxford: Oxford University Press, pp. 59-72.
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