Shintaro
Kago es un autor muy peculiar. Recuerdo la primera vez que me adentré en uno de
sus mangas: a medida que iba pasando las páginas, no podía creerme lo que
estaba leyendo. Y es que sus historias, que suelen enmarcarse dentro del género
del ero-guro, son de todo menos convencionales. Así se ve en las páginas
de Fetus collection, protagonizado por unos coleccionistas bastante
peculiares, o en la particular visión de la historia que este mangaka
nos ofrece en títulos como La formidable invasión mongola y Compendio
de la verdadera historia universal, todos ellos publicados en español por
ECC. Su humor negro y la violencia que utiliza en muchos de sus mangas hacen
que no sea un autor para todo el mundo.
Pese a
todo, es un mangaka que me encanta, no solo por la originalidad de sus historias,
sino también por su necesidad constante de experimentar con las posibilidades
que le ofrecen las viñetas. Así que, cuando Ponent Mon anunció la publicación
de Demencia 21, decidí que tenía que leerlo. Y me ha gustado mucho.
Shintaro Kago vuelve a ofrecernos uno de esos mangas llenos de imaginación, con
su característico sentido del humor y sus locuras, esta vez centrado en la
vejez y sus consecuencias.
El día a
día de una cuidadora de ancianos
Yukie
Sakai se dedica a cuidar a ancianos en la empresa Green Net, que ofrece
servicios de asistencia domiciliaria para personas mayores. Su trabajo es su
vida y se dedica a él con tanto ahínco que la mayoría de los meses es nombrada
la mejor empleada de todas. Y en eso consiste su vida diaria, en ir a casa de
sus clientes, proporcionarles el mejor servicio posible y recibir unas
valoraciones de impresión. Sin embargo, su felicidad no dura mucho…
Porque
Sakai no solo despierta simpatías y admiración entre los ancianos y sus
compañeras. Hay quien también siente envidia por su expediente intachable. Otra
de las empleadas de Green Net, cansada de quedar siempre en segundo lugar pese
a sus esfuerzos, se las ingenia para manipular los resultados de las encuestas
de valoración… Y Yukie Sakai, contra todo pronóstico, empieza a obtener peores
resultados. Pero sus desgracias no acaban ahí: puesto que ya no puede atender a
sus clientes de siempre, es enviada a otras casas, con otros pacientes. A
partir de entonces, vivirá todo tipo de experiencias, cada una de ellas más
extraña y estresante que la anterior. Pese a ello, Yukie Sakai no puede
rendirse y hará todo lo posible por seguir obteniendo buenas valoraciones.
© Shintaro Kago 2011-2014. |
Shintaro
Kago utiliza esta premisa para dibujar un manga compuesto por varias historias
breves que van desde el terror hasta la ciencia ficción, todas ellas llenas de
humor y locura. Dentaduras postizas que pretenden invadir el mundo, una plaga
de arrugas que afecta a todo y a todos, un entrenamiento imposible para futuros
cuidadores, una jungla de cables donde es complicado encontrar el camino… Estos
son tan solo algunos de los elementos con los que Shintaro Kago da forma a Demencia
21 y a las muchas sorpresas que nos aguardan en sus páginas.
Una
sociedad con más sombras que luces
© Shintaro Kago 2011-2014. |
En Demencia
21, nos encontramos con todo tipo de historias y personajes, desde superhéroes
y alienígenas jubilados hasta ancianos terroríficos que
buscan venganza. Y no solo eso; Shintaro Kago se las ingenia para ubicar algunos
de los episodios en lugares peculiares: edificios increíblemente altos,
ciudades inquietantes, carreteras divididas en diferentes carriles según la
edad de los conductores… Incluso el espacio exterior. El único límite que
Shintaro Kago se impone es el de su imaginación, y ya ha demostrado en numerosas
ocasiones que casi cualquier cosa puede salir de su mente.
Pero el mangaka
no busca solamente asombrarnos. Tampoco es su único objetivo hacernos reír con
ese peculiar humor del que siempre hace gala en sus cómics. Detrás de las
locuras de Demencia 21 se esconde un mensaje crítico más profundo y que muchas veces consigue que la sonrisa se nos quede congelada.
Yukie
Sakai y los ancianos a los que cuida no viven en un mundo ideal, ni mucho
menos. La cuidadora se ve envuelta en una competencia feroz por conseguir
reconocimiento, y no solo en su propia empresa. Es cierto que está obligada a
llevar a cabo trabajos cada vez más duros por culpa de la envidia, pero sus
problemas no terminan ahí. Su propia madre, pese a los continuos esfuerzos de
Yukie, afirma que es una mujer perezosa e inútil, lo que la lleva a apuntarse a
un entrenamiento infernal que acaba incluso con su cordura. El objetivo es
siempre el mismo: ser siempre la mejor en un mundo que exprime a quienes viven
en él y los fuerza a competir de una manera feroz.
© Shintaro Kago 2011-2014. |
¿Y qué
hay de los ancianos? Que nadie se preocupa por ellos. La edad no perdona, pero
la sociedad tampoco. Si no eres joven, no eres útil, solo una carga que muchas
veces se ignora por conveniencia. Así se ve en las pruebas a las que tienen que
someterse muchos de ellos para conseguir ayudas estatales. Hay un número muy
reducido, por lo que, como en el caso de los cuidadores, deben competir entre sí
y demostrar que realmente son ancianos a partir de sus achaques, su forma de
expresarse o sus aficiones. También tienen que luchar en una batalla campal
para acceder a una de las residencias de mayor prestigio… solo para descubrir
que encubre una manera más de deshacerse de ellos.
Ni
siquiera en la intimidad sus propios familiares los cuidan como es debido. Los
abandonan en una casa para que Yukie se ocupe de ellos, aunque el trabajo la
sobrepase. O fingen preocuparse, como en el caso de la anciana con poderes
sobrenaturales, cuyos seres queridos la agasajan para que no los olvide y, de
ese modo, poder continuar con su vida. Muchos de los ancianos de Shintaro Kago
están terriblemente solos. Hasta tal punto se rechaza la vejez que los hombres abandonan a sus mujeres por chicas más jóvenes y las ancianas desean, por encima de todas las cosas, librarse de sus arrugas.
Algunas
de las historias de Demencia 21 están más orientadas al terror en sí
mismo o a la simple carcajada. Sin embargo, en la mayoría se aprecia una
crítica social revestida de un humor ácido muy propio de Shintaro Kago. Y este
es, para mí, uno de los puntos fuertes del manga.
Shintaro
Kago: la locura hecha tinta y papel
© Shintaro Kago 2011-2014. |
Si hay
algo por lo que destacan los mangas de Shintaro Kago es por los dibujos y la
tremenda imaginación de la que hace gala en ellos. Le encanta jugar con las
distintas posibilidades que le ofrecen las viñetas, de modo que, cuando abres
las páginas de uno de ellos, no sabes muy bien qué te vas a encontrar. Y eso es
lo que pasa también en Demencia 21, en el que el mangaka vuelve a dar rienda
suelta a sus locuras para mostrarnos un mundo lleno de sorpresas. Los
personajes se agolpan en las viñetas como si estuvieran enclaustrados dentro
del marco. Algunos de ellos viven en edificios imposibles que incluso alcanzan
el cielo. Otros parecen salidos de una escalofriante película de terror. Y, por
supuesto, Shintaro Kago juega con otras realidades y rompe con los límites de
la propia ficción. Nos permite, por ejemplo, asomarnos a los recuerdos
entremezclados de una anciana con extraños poderes. Y en la historia del
anciano cuyo sueño es presentar un nuevo manga a una convención de autores
autopublicados desdibuja la frontera entre lo que es real y lo que no, hasta el
punto de que nos preguntamos dónde empieza y dónde termina la vida de Yukie
Sakai, atrapada en el destino que le imponen las páginas de un cómic.
Con esto
termino la reseña de hoy. 😊 Os espero dentro de una semana con la
última entrada del mes de noviembre. ¡Hasta entonces!
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