Algunos mangakas
saben muy bien cómo llegar al corazón de sus lectores por su sensibilidad a la
hora de contar una historia, por los personajes tan emotivos que crean, por las
ideas que plasman en sus páginas. Y Hozumi lo consigue, sin duda. Es una de mis
autoras favoritas y, de momento, todos los títulos que nos han llegado a España
gracias a Milky Way han conseguido emocionarme. Sayonara sorcier, La
víspera de la boda, La posada de los objetos perdidos… Y, por
supuesto, Mi Giovanni, la obra de la que os voy a hablar hoy. 😊 Si no
conocéis a Hozumi y queréis saber un poco más de ella, podéis leer aquí la entrada que le dediqué hace un tiempo en el blog de Otaku Center.
Mi Giovanni,
concretamente, es una obra muy especial. Nos habla de la pasión por la música,
del miedo al fracaso, de lo mucho que a veces cuesta alcanzar nuestros sueños… de
las consecuencias que eso puede tener en una amistad. Hozumi lo plasma todo en
la historia de Tetsuo, un apasionado del chelo que acaba de ganar un concurso,
e Ikumi, un náufrago que llega de repente al pueblo en el que Tetsuo vive. De
pronto, Tetsuo encuentra un compañero con el que aliviar su soledad y compartir
lo que más le gusta: la música. Sin embargo, las cosas no salen como espera e
Ikumi no se vuelve un amigo, sino un rival.
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© Hozumi, 2016. |
Mi
Giovanni no es como otros de los títulos de los que os he hablado en
la sección de manganime y mundo clásico. No transcurre en el mundo de los
dioses de la Antigüedad, como Olympus no Pollon u Olympos; sus
personajes no reviven un mito clásico, como en La ventana de Orfeo; en
sus páginas no se recupera un antiguo pasado para ofrecernos una nueva visión
al respecto, como en Mazinger Z. De hecho, la presencia de la cultura
grecolatina es muy sutil y se limita a una referencia muy concreta en un
momento determinado del manga. Pero dicha referencia me parece interesante
porque contribuye a la construcción de uno de los personajes y, según creo, le
da una nueva dimensión de la historia. En las páginas de Mi Giovanni se
menciona a Caribdis, un terrible monstruo de la mitología, para equipararlo a
Ikumi. Y de eso quiero hablaros hoy. 😊 ¡Por cierto! Si no habéis leído el manga
pero os gustaría hacerlo, podéis deteneros aquí: es posible que haya spoilers
de la trama. Siempre podéis volver cuando hayáis terminado la historia.
😊 Dicho
esto, y sin más dilación, ¡empezamos!
El
terror de los marineros
Son bastantes
los héroes de la cultura clásica que tuvieron que hacer frente a Caribdis en sus
viajes, y todos lo hicieron con las mismas inseguridades y el mismo miedo. Y es
que este monstruo, al que se ubica tradicionalmente en el estrecho de Mesina, suponía
un gran peligro para cualquier nave que se atreviese a navegar en sus
inmediaciones. En otro tiempo, Caribdis había sido una ninfa a la que Zeus castigó
por varias razones, según la versión que se consulte. Algunas dicen que ya en
vida se había caracterizado por una gran voracidad que la había llevado incluso
a robarle a Hércules algunos animales de los rebaños que el héroe le había
quitado a Gerión, un monstruo con tres cuerpos, en el décimo de sus doce
trabajos. Otras sostienen, sin embargo, que Caribdis había inundado ciertas
tierras para complacer a su padre, Poseidón.
El
resultado final fue el mismo, escojamos la versión que escojamos: Caribdis
terminó transformada en un monstruo que absorbía el agua del mar y se tragaba
todo lo que había en ella, barcos y marineros incluidos, para luego devolverlo
todo. Así nos la describe Homero en la Odisea, y pone en palabras de
Circe, la hechicera con la que Ulises pasó un tiempo, los horrores que Caribdis
provocaba:
τὸν δ᾽ ἕτερον
σκόπελον χθαμαλώτερον ὄψει, [Ὀδυσσεῦ.
πλησίον
ἀλλήλων: καί κεν
διοϊστεύσειας.
τῷ δ᾽ ἐν ἐρινεὸς ἔστι μέγας, φύλλοισι [τεθηλώς:
τῷ δ᾽ ὑπὸ δῖα Χάρυβδις ἀναρροιβδεῖ μέλαν [ὕδωρ.
τρὶς μὲν γάρ τ᾽ ἀνίησιν ἐπ᾽ ἤματι, τρὶς δ᾽ [ἀναροιβδεῖ
δεινόν:
μὴ σύ γε κεῖθι τύχοις, ὅτε [ῥοιβδήσειεν:
οὐ γάρ κεν ῥύσαιτό σ᾽ ὑπὲκ κακοῦ οὐδ᾽ [ἐνοσίχθων.
ἀλλὰ μάλα Σκύλλης σκοπέλῳ πεπλημένος [ὦκα
νῆα παρὲξ ἐλάαν, ἐπεὶ ἦ πολὺ φέρτερόν ἐστιν
ἓξ ἑτάρους ἐν νηὶ ποθήμεναι ἢ ἅμα πάντας.
(Od. XII,
101-110)
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Verás otro escollo más bajo, Odiseo,
cerca del primero, y podría alcanzarse con un tiro de flecha. En este hay una
gran higuera, frondosa; bajo el mismo, la divina Caribdis sorbe ruidosamente
las aguas sombrías. Tres veces al día las vomita, tres veces las sorbe
terriblemente. No estés allí cuando las sorba, pues de la desgracia no podría
salvarte ni el que sacude la tierra [Poseidón]. Por el contrario, pegado al
escollo de Escila, rápidamente conduce la nave, pues es mucho mejor echar de
menos a seis compañeros en la nave que a todos juntos.
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Pese a
los consejos de Circe para emprender el viaje de regreso, y aunque la primera
vez Ulises pudo evitar a la terrible Caribdis, su viaje no estuvo exento de
peligros. Había otro monstruo en el estrecho de Mesina, como acabáis de leer:
Escila. Una mujer que tenía en la parte inferior de su cuerpo seis perros que
todo lo devoraban. Ulises eligió el mal menor: sacrificar a unos pocos de sus
hombres a cambio de sobrevivir a Caribdis.
ἡμεῖς
μὲν
στεινωπὸν
ἀνεπλέομεν γοόωντες:
ἔνθεν μὲν Σκύλλη,
ἑτέρωθι δὲ δῖα Χάρυβδις
δεινὸν ἀνερροίβδησε θαλάσσης ἁλμυρὸν [ὕδωρ.
ἦ
τοι ὅτ᾽ ἐξεμέσειε,
λέβης ὣς
ἐν πυρὶ πολλῷ
πᾶσ᾽ ἀναμορμύρεσκε κυκωμένη, ὑψόσε δ᾽ [ἄχνη
ἄκροισι σκοπέλοισιν ἐπ᾽ ἀμφοτέροισιν [ἔπιπτεν:
ἀλλ᾽ ὅτ᾽ ἀναβρόξειε θαλάσσης ἁλμυρὸν [ὕδωρ,
πᾶσ᾽ ἔντοσθε φάνεσκε κυκωμένη,
ἀμφὶ δὲ [πέτρη
δεινὸν ἐβεβρύχει, ὑπένερθε δὲ γαῖα φάνεσκε
ψάμμῳ κυανέη: τοὺς δὲ χλωρὸν δέος
ᾕρει.
ἡμεῖς
μὲν
πρὸς
τὴν
ἴδομεν δείσαντες ὄλεθρον:
τόφρα
δέ μοι Σκύλλη γλαφυρῆς ἐκ νηὸς [ἑταίρους
ἓξ ἕλεθ᾽, οἳ χερσίν τε βίηφί τε φέρτατοι [ἦσαν.
(Od. XII,
234-246)
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Navegábamos por el estrecho,
lamentándonos. A un lado, Escila; al otro la divina Caribdis sorbía
terriblemente las saladas aguas del mar. Cuando las vomitaba, como una
caldera en el fuego, toda ella borboteaba mucho, revolviéndose; hacia arriba
la espuma caía sobre lo alto de ambos escollos. Pero, cuando sorbía las
saladas aguas del mar, se mostraba toda agitada en su interior. Alrededor, la
roca rugía terriblemente; en el fondo se veía la tierra azulada mezclada con
la arena. De los míos se apoderó el pálido miedo. Mirábamos hacia ella,
temiendo la muerte. Entretanto, Escila me arrebató de la cóncava nave a seis
compañeros, que eran los mejores por sus manos y su fuerza.
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No
obstante, la segunda vez que Ulises terminó en el estrecho de Mesina no pudo
escapar. Caribdis se tragó su nave y él sobrevivió porque había conseguido
agarrarse a una higuera que crecía en la entrada de una gruta cercana.
De todas
formas, Ulises no es el único héroe que tuvo problemas con Caribdis. También
Jasón, en su viaje de regreso a su tierra tras conseguir el vellocino de oro,
pudo haber encontrado la perdición en el estrecho de Mesina. Sin embargo, tuvo
suerte: Hera, protectora del héroe, le pidió a la nereida Tetis que ayudara a
los Argonautas. Así nos lo cuenta Apolonio de Rodas en sus Argonáuticas:
μηδὲ σύγ᾽ ἠὲ Χάρυβδιν ἀμηχανέοντας ἐάσῃς
ἐσβαλέειν, μὴ πάντας ἀναβρόξασα φέρῃσιν,
ἠὲ παρὰ Σκύλλης στυγερὸν
κευθμῶνα [νέεσθαι,
Σκύλλης
Αὐσονίης ὀλοόφρονος, ἣν τέκε [Φόρκυι
νυκτιπόλος
Ἑκάτη, τήν τε κλείουσι
Κράταιιν,
μή
πως σμερδαλέῃσιν ἐπαΐξασα γένυσσιν
λεκτοὺς ἡρώων δηλήσεται. ἀλλ᾽ ἔχε νῆα
κεῖσ᾽, ὅθι περ τυτθή γε παραίβασις ἔσσετ᾽ [ὀλέθρου.
(A.R. Argonautica, IV, 825-832)
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Y no permitas que se introduzcan,
ignorantes, en Caribdis, no sea que, tragándoselos, se los lleve a todos; ni
que pasen al lado del horrible escondrijo de Escila, la funesta Escila de
Ausonia, a quien dio a luz para Forco la noctívaga Hécate, a la que llaman
Crateis, no sea que, arrojándose con sus terribles fauces, mate a los
escogidos de entre los héroes. Por el contrario, mantén la nave allí donde
haya una salida de la desgracia, aunque sea pequeña.
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De esa
forma, Jasón y los suyos lograron escapar del peligro, tal y como narra
Apolodoro en su Biblioteca:
μετὰ δὲ τὰς Σειρῆνας τὴν ναῦν Χάρυβδις ἐξεδέχετο καὶ Σκύλλα καὶ πέτραι πλαγκταί,
ὑπὲρ ὧν φλὸξ πολλὴ καὶ καπνὸς ἀναφερόμενος ἑωρᾶτο. ἀλλὰ διὰ τούτων διεκόμισε τὴν ναῦν σὺν Νηρηίσι Θέτις παρακληθεῖσα ὑπὸ Ἥρας.
(Apollod. Bibliotheca, I.9, 25)
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Después de las sirenas, aguardaban a la
nave Caribdis y Escila y las Rocas Errantes, sobre las cuales se veía, elevándose,
mucho fuego y humo. Pero a través de estas guio a la nave Tetis con las
Nereidas, puesto que Hera se lo había pedido.
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Y estos
son solo algunos ejemplos. En la Eneida, Virgilio también nos habla de
Caribdis y Escila, a las que Eneas y los suyos decidieron evitar durante su
travesía.
Caribdis
significa, por tanto, la perdición. Esa voracidad que algunas versiones le
atribuían antes de transformarse en monstruo la llevó, después del castigo
divino, a tragárselo todo, a destruirlo todo. Y es ese rasgo el que aparece en Mi
Giovanni asociado al personaje de Ikumi.
Cuando
Caribdis aprendió a tocar el violonchelo
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© Hozumi, 2016. |
La
primera persona que compara a Ikumi con Caribdis es Yuriko, Lily, una
importante violonchelista que pasa algunas temporadas en casa de Tetsuo. El
talento que Ikumi posee es innegable: con apenas unos días de práctica y
después de que Tetsuo le enseñe lo más básico, es capaz de interpretar algunas
piezas increíblemente difíciles. Y precisamente es esa habilidad la que
complica la relación entre los dos chicos: Ikumi parece haberse tragado, igual
que Caribdis hacía con los barcos, los sueños y las ilusiones de su amigo, pero
sin devolvérselos. El día que interpreta una pieza para Tetsuo simplemente como
una muestra de afecto hacia él lo decide todo. Tetsuo siente que Ikumi le ha
arrebatado su música, esa música en la que buscaba sobresalir, sin que pueda
hacer nada para remediarlo. Por eso Yuriko lo compara con Caribdis —y con
Leviatán—: el chico salió del mar —¡recordad que su barco había naufragado!— y
llegó al pueblo de Tetsuo para quedarse con su violonchelo.
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© Hozumi, 2016. |
Tetsuo,
sin embargo, no piensa que Ikumi le haya arrebatado únicamente su pasión. Más
adelante, cuando su hermano accede a asesorar a su rival, confiesa que, a
veces, tiene la sensación de que este se queda con todo lo que le importa. Ikumi
sigue absorbiéndolo todo, con la misma avidez de Caribdis. Tetsuo también lo
identifica con el monstruo de la mitología grecolatina cuando regresa a Tokio,
después de estudiar en Italia con Yuriko. Pero no está dispuesto a dejarse
vencer: como Ulises y otros muchos héroes, quiere sobrevivir, solo que él no va
a evitar el peligro. De hecho, aspira a convertirse en el «rayo de Zeus», como él
mismo afirma: no basta con ser un héroe, solo un ser divino podría derrotar a
alguien con tanto talento.
¿Y qué
más «absorbe» Ikumi? El talento y las ganas de los demás violonchelistas, no
solo de Tetsuo. Lo vemos cuando los dos protagonistas de Mi Giovanni se
presentan a un concurso. Ikumi actúa primero, y eso supone la perdición de los
demás. Tras haberlo visto actuar, ninguno de los participantes es capaz de
tocar correctamente: los errores se suceden uno tras otro. La actuación de
Ikumi «absorbe» su buen hacer y los deja indefensos, como sucedía con los
marineros que caían víctimas de Caribdis.
La
soledad de Caribdis
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© Hozumi, 2016. |
Sin
embargo, y pese a todo lo que sucede en Mi Giovanni, Ikumi es mucho más
que esa Caribdis que los demás le han impuesto. Es cierto que, en un sentido,
su talento es, al igual que la condición de monstruo de la ninfa, una especie
de castigo: al fin y al cabo, sus habilidades con el violonchelo le arrebatan
también cosas que le son muy preciadas. Entre ellas, la amistad con Tetsuo.
Caribdis es víctima de su propio poder aterrador, y eso conduce a Ikumi a algo
tan terrible como la frustración y la sensación de fracaso de Tetsuo: la
soledad. Realmente, lo que buscaba Ikumi era mantener ese vínculo que lo unía a
su amigo y estrecharlo mediante el violonchelo y la música, sin saber que sus
intenciones le traerían problemas.
Más allá
del monstruo al que todos hacen frente, aun a sabiendas de que vencerlo es
imposible, hay alguien que necesita amor. El Ikumi-Caribdis no es solo fruto
del increíble talento del muchacho —que también—, sino de la percepción que los
demás tienen de él como resultado de sus inseguridades, su envidia, sus deseos.
Por suerte, a Hozumi aún le queda historia que contar. Tengo muchas ganas de
ver cómo evolucionan los personajes y si consiguen o no recuperar la buena
relación que tenían, pese a todo.
Con esto
termino la entrada de hoy. 😊 ¡Espero que os haya gustado y que le deis
una oportunidad a Mi Giovanni si no lo habéis hecho ya! Por mi parte, os
espero dentro de unos días con una nueva reseña. ¡Hasta entonces!
Bibliografía
Como
siempre, aquí tenéis las referencias que he utilizado para la entrada. 😊
Grimal, Pierre
(1981). Diccionario de mitología griega y romana (trad. de Francisco
Payarols), Barcelona: Paidós.