Ayako ha sido
uno de mis eternos mangas pendientes. Me llamó la atención desde que Planeta
Cómic publicó la nueva edición, y eso que no tenía muy claro de qué iba. Pero
Osamu Tezuka es un autor que me encanta, por muchas razones, así que Ayako se
fue directo a mi lista de futuras compras. Tuve la suerte de que mi hermana y
su novio me lo regalaran por Navidad. ¡Menuda sorpresa! 😊 En
cuanto tuve un poco de tiempo —dos tomos de más de cuatrocientas páginas lo
requieren—, me sumergí en la historia ideada por Tezuka… Y me encontré con algo
totalmente diferente a lo que me había imaginado. Es cierto que, como os he
dicho, apenas sabía nada del argumento, pero no esperaba una trama tan sombría.
Porque Ayako
es un manga muy duro en el que sale a relucir la parte más oscura del ser
humano. Pero, pese a todo, merece mucho la pena. Osamu Tezuka sabe cómo contar
una historia que horroriza y fascina a partes iguales. Hoy quiero
hablaros de ella.
Una vida
en la sombra
© Osamu Tezuka 1972, 2016. |
Jirô
Tenge regresa a casa después de varios años en el frente del extranjero. Sin
embargo, las cosas en su hogar no son tal y como él esperaba. Para empezar, a
su padre le cuesta aceptar a un hijo que, según él, ha vuelto sin honor de la
guerra. Y, además, hay un nuevo miembro en su familia: la pequeña Ayako, que es
hija de su padre… pero no de su madre. Los Tenge no hacen más que esconder
secretos, Jirô incluido, ya que trabaja como agente para Estados Unidos sin que
nadie lo sepa. No obstante, ese cúmulo de verdades ocultas amenaza con
estallar.
Porque
la inocente Ayako pronto descubre algunas de esas verdades que no deberían
salir a la luz. Y, por supuesto, las cosas no pueden quedarse así. Para evitar
que la familia caiga en desgracia y que la policía husmee en ciertos asuntos,
los Tenge optan por encerrarla en un sótano de por vida. A partir de entonces,
la pequeña llevará una vida solitaria, sin entender qué es lo que ha ocurrido.
© Osamu Tezuka 1972, 2016. |
Ayako es un
manga en el que se mezclan una trama política y de espionaje con otra familiar.
A medida que avanzamos en la lectura, queremos saber cómo van a desarrollarse
los acontecimientos para los personajes, hasta dónde va a llegar su ambición,
si en algún momento se frustrarán o no sus planes. Y hay bastantes sorpresas,
así que el interés del lector no decae.
El
segundo volumen de Ayako se cierra, además, con tres historias cortas en las
que el dios del manga explora de nuevo temas como la maldad, la violencia, la
pérdida o la venganza: Melodía de acero, La silueta blanca y Revolución.
Aunque no tienen que ver con la trama de la familia Tenge, son un buen
complemento para ahondar en la obra del Tezuka más adulto.
La
decadencia de los Tenge
El mundo
de los Tenge, esa postguerra que nos muestra Tezuka, es de todo menos amable.
Abusos, violencia, traiciones, muerte. Quienes se llevan la peor parte son las
mujeres, los niños, los discapacitados… Muchos de ellos no pueden defenderse ni
encontrar una salida a su situación, algo de lo que se aprovechan quienes
realmente tienen la fuerza y el poder. Si se convierten en un problema,
entonces se deshacen de ellos de diferentes formas. No se les permite tomar las
riendas de su vida ni rebelarse. Así lo vemos en Sue, la cuñada de Jirô,
atrapada en una situación muy complicada por los intereses de su marido, y en
Oryô, una muchacha a la que la familia Tenge acoge. También, por supuesto, en
la propia Ayako.
© Osamu Tezuka 1972, 2016. |
La
decadencia de la familia Tenge se basa en esta dinámica. La mayoría de sus
miembros se mueven por su propio interés y están dispuestos a llegar adonde sea
con tal de conseguir sus objetivos: herencias, placer, seguridad, silencio.
Incluso los que parecen, en principio, más íntegros y honestos guardan oscuridad
en su interior. Tezuka los utiliza para esbozar un retrato de la maldad humana más terrible,
esa que nos lleva a degradarnos hasta límites insospechados. Aun así, no se
trata de personajes planos: todos ellos tienen sus momentos de debilidad, sus
afectos, sus miedos. Nada de eso justifica su manera de comportarse y
enfrentarse a los problemas, por supuesto, pero los hace complejos, el motor
ideal para que una historia tan oscura como esta avance.
© Osamu Tezuka 1972, 2016. |
Y, en
medio de esa maldad, se encuentra, por ejemplo, la inocente Ayako, uno de los
personajes más interesantes desde mi punto de vista por cómo se va construyendo
a lo largo de la historia, a partir de su encierro en el sótano. La relación
que establece con el mundo que hay más allá de sus cuatro paredes se desarrolla
a partir de lo poco que le cuentan quienes la visitan, de los libros y revistas
que recibe de vez en cuando. La ambición de sus familiares la condena a no
entender, a no saber, con todas las consecuencias. No quiero deciros mucho más
para no destriparos la trama, pero su vida es especialmente complicada, ya que
no sabe cómo comportarse, cómo establecer límites —en muchos sentidos—. Como
lectores, sufrimos con ella y la acompañamos en un viaje lleno de dificultades.
Narrar
el ocaso de una familia: el dibujo de Osamu Tezuka
En Ayako
encontramos muchos de los elementos que caracterizan la narrativa de Osamu
Tezuka. La peculiar disposición de las viñetas. La expresividad de sus
personajes, tan característicos. El dinamismo cinematográfico de sus escenas. Las
metáforas visuales y un dibujo más simbólico en escenas clave de la historia. El
uso de las sombras y de siluetas negras para contar, de manera más sutil,
determinados aspectos de la historia. En ocasiones, incluso utiliza un estilo
más realista y detallado, especialmente para hacer referencia a la realidad
política del momento en que transcurre la obra o para destacar momentos
importantes. Todo ello hace que Ayako sea una maravilla también desde el
punto de vista visual. Osamu Tezuka sabe bien cómo quiere contar su historia.
¡Hasta
aquí la reseña de hoy! Espero que os haya gustado. 😊 Por mi
parte, os espero dentro de unos días con una nueva entrada sobre manga y mundo
clásico. ¡Ahora en septiembre espero recuperar el ritmo habitual de tres
entradas al mes!
Buenas tardes, me he topado con tu blog y lo he encontrado muy interesante. También su presentación es muy agradable, me ha animado a buscar un poco entre tus reseñas. Lo malo es que no leo tanto manga como tú porque le dedico más tiempo a la animación, que habitualmente reseño en mi blog El Armario Animado. Ayako sí lo he leído hace unos meses y estoy bastante de acuerdo contigo, aunque no entres en muchos detalles en cuanto a revelaciones para no destriparlo todo.
ResponderEliminarUn saludo
¡Muchas gracias por tus palabras y por pasarte por aquí! :) Siento responderte tan tarde, no me han avisado de que había un comentario y lo acabo de ver... Me pasaré por tu blog sin duda, que la animación es muy interesante también. :D
Eliminar¡Un saludo!