Desde
que se anunció el año pasado, tuve claro que Blissful land iba a venirse
a mi biblioteca. Personalmente, disfruto mucho de este tipo de mangas —historias
tranquilas, de vida cotidiana; son varios los slice of life que tengo en
las estanterías— y, además, se trataba de una serie corta. Así que me animé a
comprarlo cuando Milky Way sacó el primer tomo. Sin embargo, me pasó lo que
muchas veces: se me van acumulando lecturas, por lo que decidí esperar a que
saliese entero para leerlo de un tirón. Hace poco que lo terminé y ya puedo
decir que se trata de una de las historias más dulces que he leído últimamente.
🤗 Y, como
siempre que me ocurre cuando me encuentro con una obra que me encanta, quise
dedicarle una entrada en el blog. En la reseña de hoy, nos vamos al Tíbet para
conocer a Kan Shiba y Lati Moshi. 😊
Cambios,
cambios, cambios…
© Ichimon Izumi 2018. |
Kan
Shiba lleva una vida tranquila en un pequeño pueblo del Tíbet. El muchacho, un
aprendiz de médico de trece años, dedica sus días a recoger plantas medicinales
—su pasión— y a ayudar a su familia. No hay muchos sobresaltos, a excepción de los
problemas que tienen sus pacientes y que él intenta solucionar con una sonrisa
y palabras amables. Sin embargo, un día llegan a la aldea unos vendedores
ambulantes acompañados de una bella muchacha, Lati Moshi. Kan Shiba enseguida
se da cuenta de que se trata de una novia que se dirige al encuentro de su nueva
familia. Sin embargo, las cosas no son como se imagina… Porque los mercaderes
terminan alojándose en su casa y, cuando emprenden el viaje de nuevo, dejan a
Lati en su hogar. Es entonces cuando Kan Shiba descubre que la chica es su
futura esposa y que se quedará con él hasta que se celebre la boda, aunque
todavía falta un tiempo.
Blissful
land
es una historia muy dulce sobre un amor que va avanzando poco a poco, a medida
que los dos protagonistas se conocen y empiezan a pasar tiempo juntos. Ichimon
Izumi nos permite asomarnos a su vida diaria para mostrarnos sus
preocupaciones, sus dudas, sus pequeños momentos de felicidad… Nosotros, como lectores, disfrutamos de cada paso
que van dando. Blissful land es un manga muy bonito que destila calidez
y ternura.
Un nuevo camino
© Ichimon Izumi 2018. |
Con la
llegada de Lati al pueblo, ella y Kan Shiba empiezan una nueva vida
juntos. La muchacha tiene que quedarse allí mucho antes de la boda porque su familia no podía llevarla
hasta la aldea en otro momento, pero esa es una buenísima oportunidad para que
se acostumbre a las tradiciones y el ambiente de su nuevo hogar. Y no solo eso: además,
le permite conocer a quien será su marido. Sus gustos, su rutina, su forma de
ser… Lo mismo le sucede a Kan Shiba. A lo largo de los cinco tomos de los que se
compone el manga, Ichimon Izumi nos muestra cómo se desenvuelven en las
diferentes tareas que se les presentan cada día, desde ir a buscar hierbas
medicinales y atender a los pacientes hasta cocinar un plato nuevo o apacentar
el ganado. Son esos quehaceres los que hacen aflorar la verdadera personalidad
de los protagonistas: la pasión de Kan Shiba por su oficio y su bondad natural,
la dulzura y el amor por los tintes de Lati. Poco a poco, van descubriendo que
tienen más cosas en común de las que imaginaban y van construyendo una preciosa
relación basada en el respeto y la preocupación por el otro.
© Ichimon Izumi 2018. |
Sin
embargo, el manga no nos habla exclusivamente de ellos: en los diferentes
episodios, Ichimon Izumi también nos permite conocer a los personajes
secundarios que los rodean. Pema, la inquieta hermana de Kan Shiba. Derek
Kando, su padre y médico del pueblo. Nima Dorkar, su madre. Y también a sus
pacientes y sus amigos, cada uno con su personalidad y su historia. Blissful
land se centra en la relación entre Kan Shiba y Lati, sí, pero también es
un mosaico conformado por otros personajes y sus circunstancias particulares,
que influyen de una forma u otra en la cotidianeidad de los protagonistas. Ese
es uno de los puntos que más me gustan del manga.
Blissful
land
no es una obra de ritmo trepidante, con giros sorprendentes, pero no le hace
falta. Kan Shiba, Lati y todos los demás son lo suficientemente interesantes
como para que nos preguntemos más sobre ellos. Queremos saber cómo va a
evolucionar la relación de los dos protagonistas, de qué forma Kan Shiba
conseguirá curar a los enfermos, a quién conocerán en el siguiente episodio.
Un viaje
al Tíbet: el dibujo de Ichimon Izumi
© Ichimon Izumi 2018. |
Blissful
land
no es solo un viaje emocional que hacemos en compañía de Lati, Kan Shiba y sus
amigos y familiares. Ichimon Izumi también nos lleva a un lugar y una época muy
lejanos, el Tíbet del siglo XVIII, y nos hace adentrarnos en una cultura poco
conocida para nosotros, pero no por ello menos fascinante. En las páginas del
manga, quedan retratados los paisajes de la región, los vestidos que llevan sus
habitantes, las costumbres que rigen su día a día, los platos de los que
disfrutan, los medicamentos utilizados por Kan Shiba… Todo con bastante
detalle. Blissful land nos cuenta una historia preciosa con un dibujo
igualmente bonito que nos permite asomarnos a la vida de una aldea tibetana. Y,
por si nos queda alguna duda, al final de cada tomo se incluye una breve
sección en la que se explican con mayor profundidad los aspectos de la cultura
del Tíbet que se reflejan en la historia.
© Ichimon Izumi 2018. |
Eso sí,
aunque hace gala de un estilo detallado y preciosista, Ichimon Izumi se
permite, de vez en cuando, cambiar el dibujo, sobre todo en lo que respecta a
sus personajes. Cuando quiere darle una nota de humor a la historia, los dota
de expresiones más sencillas y caricaturescas, de tal forma que el estilo
acompaña a la situación.
¡Hasta aquí la reseña de hoy! 😊 Espero que os haya gustado y que disfrutéis de Blissful land si os animáis a leerlo. Por mi parte, os espero la semana que viene con la última entrada sobre manganime y mundo clásico del mes. ¡Hasta entonces! 😊 ¡Muchas gracias por pasaros por aquí!
Milky way nos tiene muy mimados :)
ResponderEliminarCon mangas como este, desde luego. 😍
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