viernes, 31 de julio de 2020

Manga y mundo clásico: un puente entre la antigua Roma y Japón

Ya iba siendo hora de hablar de Thermae Romae, publicado en España por Norma Editorial. Cuando uno menciona las palabras “manga” y “cultura clásica”, es uno de los primeros títulos que vienen a la mente. Y es que las aventuras de Lucius, un arquitecto de termas que de repente se ve trasladado al Japón actual, han tenido mucho éxito en el país del sol naciente: premios, películas, una serie de anime… Incluso leí por ahí que Mari Yamazaki y su cómic motivaron la publicación de algunos clásicos grecolatinos en Japón.

Encontré Thermae Romae por casualidad, un día que había ido a mirar libros. Me llamó muchísimo la atención que hubiera un manga sobre un arquitecto de termas y el choque que había sufrido al trasladarse a la actualidad. Cuando me planteé la idea de hacer mi Trabajo de Fin de Grado sobre el manga y la Antigüedad clásica, fue uno de los títulos que escogí para analizarlo con mayor profundidad. Lucius da para mucho, no solo por el increíble trabajo de documentación que hizo Mari Yamazaki para llevar la antigua Roma a sus viñetas, sino también por el papel que tiene la cultura clásica en ellas. De esto voy a hablaros en la entrada de hoy. 

Os aviso. Puede que haya algún spoiler de la trama. Así que, si no habéis leído Thermae Romae pero tenéis intención de hacerlo, podéis volver al artículo cuando lo hayáis terminado. 😉

Una puerta al futuro en la antigua Roma

El primer viaje de Lucius. © Mari Yamazaki 2008

Como os he dicho antes, Thermae Romae parte de una premisa sencilla: los viajes en el tiempo. Lucius, el protagonista del manga, aparece en Japón cientos de años después de su época cada vez que se sumerge en el agua. Lo divertido es que no se percata de lo que le ha pasado. Él considera que ha terminado en un lugar lejano, en la tierra de los “caraplana”, un pueblo extraño que, por supuesto, tiene que estar bajo el dominio de su imperio. Sin embargo, esos “caraplana” no tienen nada que ver con Lucius y viven en una realidad totalmente distinta que lo desconcierta porque, lógicamente, es incapaz de reconocerla.

Comienza entonces un proceso de adaptación para Lucius. Japón le resulta extraño, ajeno a él. Al principio, parece que las diferencias entre la antigua Roma y el país del sol naciente son insalvables, que es mucho más lo que los separa que lo que los une. Lucius se ve incapaz de comunicarse, ya que nadie habla en latín, asiste a una cultura de baños públicos que le es completamente desconocida, ante sus ojos desfilan bebidas y platos que nunca antes había visto. Se encuentra solo en un mundo que no es el suyo y que, al principio, solo le genera frustración: ni siquiera la gran Roma ha sido capaz de desarrollar unos avances como los que Japón le ofrece para las termas, los baños y la higiene personal.

© Mari Yamazaki 2013

Pero Mari Yamazaki permite que su personaje supere esos prejuicios y ese desconcierto iniciales. Pese a considerar que Roma sigue siendo la mayor potencia del mundo, Lucius sabe reconocer que los “caraplana” tienen muchas cosas buenas y que todas sus innovaciones pueden trasladarse a su ciudad de origen. Deja atrás su frustración y aprende de ellos porque, además, ambos mundos tienen un primer elemento en común: su amor por los baños públicos.

Huellas romanas… ¿en Japón?

© Mari Yamazaki 2008

No obstante, poco a poco, Lucius va encontrando más similitudes entre Roma y la tierra de los “caraplana”. Por ejemplo, hay un momento en el que el arquitecto de termas prueba un poco de bambú hervido con salsa de pescado y cree estar tomando garum, una de las salsas preferidas de los romanos. En otro de sus viajes, entra en un restaurante de ramen y se asombra al descubrir que el cuenco en el que le han servido la comida está decorado con motivos griegos. ¡Incluso piensa que los japoneses han recibido, como Roma, influencia de la cultura helénica!

© Mari Yamazaki 2008

Además, Lucius se da cuenta de que los romanos y los “caraplana” también se parecen en su forma de sentir y de pensar. Hay un episodio concreto del manga en el que esta idea está perfectamente reflejada. Un día que Lucius se encuentra relajándose en unas termas, un grupo de germanos irrumpe en los baños y acaba con la tranquilidad que reinaba allí. Poco después, cuando se traslada a Japón en uno de sus viajes, vive una experiencia parecida con unos turistas rusos —aunque termina consiguiendo que respeten las normas de los baños después de una lucha muy cómica en la que utiliza una escoba como arma—. Algo parecido sucede en el capítulo del liberto romano y el nuevo rico japonés: ambos, pese a estar separados en el tiempo y el espacio, se comportan de la misma forma. Lo único que les preocupa es el dinero, llevar una vida de lujo y apariencias. De este capítulo os hablaré más en otra entrada porque hay mucho que decir al respecto.

Así, poco a poco, Mari Yamazaki demuestra que hay bastantes parecidos entre estos dos lugares que, en principio, no tienen nada que ver. No importan las distancias espaciales ni temporales.

Satsuki: una admiración por Roma que convive con el amor a sus propias tradiciones

© Mari Yamazaki 2013

El último nexo que encontramos entre Roma y Japón es el personaje de Satsuki, una arqueóloga con la que Lucius se encuentra después de muchos viajes al futuro. La aparición de la joven supone un cambio en la estructura de la trama, que pasa de ser episódica a tener una continuidad y una historia más profunda, pero también en el propio Lucius. Ambos resultan ser las dos caras de una misma moneda porque Satsuki, de una forma similar al arquitecto romano, se siente fascinada por la antigua Roma. Hasta el punto de que incluso aprende latín —y es, de hecho, la primera persona capaz de comunicarse con Lucius—.

Eso no quiere decir que Satsuki deje a un lado sus raíces japonesas. Tenía pósteres de Julio César en su habitación, se dejó las pestañas estudiando una lengua muerta, pero también aprendió danzas tradicionales de su madre, una geisha. Y en el manga la vemos bailar en un ryokan. Todo ello hace que Satsuki sea un personaje poliédrico, en el que se unen el pasado y el presente, Oriente y Occidente. Respeta su cultura, aunque eso no le impide aprender e incluso amar otras, por muy lejanas que estén. Esta unión entre Japón y Roma culmina en la relación amorosa que termina surgiendo entre ellos.

Thermae Romae: un puente entre dos mundos para eliminar prejuicios

Ya he dejado claros los lazos que Mari Yamazaki establece entre Roma y Japón en Thermae Romae, que se aprecian incluso en las portadas de los seis tomos. Pero no solo lo hace porque ella misma, como Satsuki, sienta pasión por la Antigüedad clásica. Aquí, el mundo grecolatino se utiliza para acabar con los estereotipos y defender el aprendizaje gracias a otras culturas, lo que no está reñido con el conocimiento y el respeto por las tradiciones propias.

©Mari Yamazaki 2008

Por un lado, Mari Yamazaki aprovecha los viajes de Lucius para mostrar una imagen distinta de los japoneses. Al principio, para el arquitecto de termas son muy diferentes —algo que se refleja incluso en la forma en que la mangaka los dibuja— y se ve incapaz de entenderse con ellos. No obstante, poco a poco, los japoneses le muestran una cara amable y hospitalaria que difiere un poco de la imagen fría y cerrada que se tiene de ellos.

Además, que Lucius tome elementos de Japón para trasladarlos a su ciudad pone de manifiesto que dos culturas diferentes pueden influir la una en la otra de forma muy positiva. El protagonista de Thermae Romae destaca también que Grecia inspiró a Roma en muchas cosas, ¿por qué no iban a hacer lo mismo los “caraplana”? Esto no es, por supuesto, incompatible con conservar y amar las tradiciones propias, como se ve en el personaje de Satsuki e incluso en el mismo Lucius, quien considera importante tener en cuenta lo antiguo a la vez que se aprende de lo nuevo.

Thermae Romae es un manga divertido que nos muestra, además, datos curiosos sobre la vida cotidiana en Roma. Pero va mucho más allá. 

Aquí termino la entrada de hoy. 😊 Os animo a leer Thermae Romae si no lo habéis hecho, ¡y os espero dentro de unos días con una nueva entrada! ¡Hasta entonces!

Bibliografía

Como siempre, os dejo una lista de artículos y libros en los que se recogen algunas de las ideas mencionadas en la entrada sobre Thermae Romae. 😊

Buchet, Elisabeth (2019). Entre Rome et Japon: l’histoire romaine en manga, en Bièvre-Perrin, Fabien (ed.), Antiquipop | L'Antiquité dans la culture populaire contemporaine, ISSN       2553-4114.       En       línea.       Disponible       en:

<https://antiquipop.hypotheses.org/6696>.

 

Kawana, Sari (2019). Cool Rome and warm Japan: Thermae Romae and the promotion of Japanese everyday culture”, en Renger, Almut-Barbara & Fan, Xin (eds.) (2019). Receptions of Greek and Roman antiquity in East Asia, Leiden: BRILL, pp. 259-286.

 

Peer, Ayelet (2018). Thermae Romae manga: plunging into the gulf between ancient Rome and modern Japan, New voices in classical reception studies, 12, pp. 57- 67. Disponible en: <http://fass.open.ac.uk/sites/fass.open.ac.uk/files/files/new-voices-journal/issue12/peer.pdf>.


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