Acaba de
terminar otro año, 2022, que me ha traído infinidad de cosas, la mayoría de
ellas inesperadas. En algunos aspectos, han sido doce meses bastante intensos
por varias razones: terminar estudios, empezar con trabajos nuevos, hacer
frente a cuestiones complicadas… A veces he tenido la sensación de que todo a
mi alrededor iba a velocidad de vértigo. Y ya estoy otra vez en este momento, a
principios de enero, para hacer un pequeño repaso de lo que ha sido 2022 para
el blog y para mí como aficionada al anime y al manga. 😊
A decir
verdad, y aunque en los últimos tiempos no haya podido dedicarme a Afrodita
L tanto como me gustaría, estoy satisfecha con lo que ha supuesto este año
para este rinconcito de internet que me ha traído muchas más cosas buenas de
las que jamás habría imaginado. No sabéis lo que me alegro de que la Laura del
pasado tomara la decisión de empezar con este blog. Gracias a él, he conocido a
gente maravillosa, he participado en diversas iniciativas y, además, he disfrutado
de oportunidades que jamás pensé que serían para mí. No puedo sino daros las
gracias a quienes me leéis: sin vosotros, este 2022 no habría podido superar
las 10 000 visitas. ¡Todavía no me lo creo! 🤗
Al igual
que otros años, y dado que 2023 acaba de comenzar, voy a hacer un repaso en el
blog de algunos de los animes y mangas que he disfrutado en 2022. La entrada de
hoy está dedicada a las series de animación japonesas. Es cierto que el año
pasado hubo temporadas más fuertes, otras más descafeinadas, pero, pese a todo,
me divertí con muchos animes, algunos de los cuales me hicieron especial
ilusión. Y, por supuesto, también vi algún que otro título de años anteriores, fui
al cine… Sin más dilación, empezamos. 😊
Las
historias que se encuentran en la cotidianeidad
Como
sabéis, me gustan mucho las historias que se centran en el día a día de los
personajes. En esos pequeños instantes y dramas pueden encontrarse relatos muy
interesantes, ya sea por las circunstancias de sus protagonistas, ya sea por la
forma en la que deciden afrontar los retos que la vida les pone por delante,
entre otras razones.
Uno de
ellos es, precisamente, Akebi-chan no sailor fuku, la historia de una
adolescente que comienza la secundaria y, para empezar con buen pie, le pide a
su madre que le cosa un uniforme de marinera, único en el mundo. El anime se
centra en sus primeros días en su nueva escuela, en la relación con sus compañeras
de clase, en la elección de un club de actividades extraescolares… y solo con
eso basta. Porque Akebi y quienes están a su alrededor consiguen sacarte una
sonrisa con sus pequeñas vivencias, tiernas, curiosas a veces.
También una
escuela es el escenario de Dance dance danseur, un anime centrado en el ballet.
Y es que su protagonista, Junpei, decide practicarlo cuando su compañera de
clase Miyako —quien, además, le gusta— le pide que acuda a la academia de danza
de su madre. Al principio, las dudas lo asaltan: había sido su pasión de
pequeño, pero, como sus compañeros se burlaban de él, optó por abandonarlo y se
decantó por las artes marciales. Sin embargo, ha llegado el momento de retomar
esa pasión y luchar por ella de una vez por todas.
¿Y qué
decir de Deaimon? En este caso, se nos habla de las relaciones
familiares, no siempre tan sencillas como nos gustaría. Nagomu, uno de los
protagonistas, regresa a su hogar después de varios años fuera intentando
abrirse camino en el mundo de la música sin mucho éxito. Su idea: participar en
el negocio familiar, una confitería. Sin embargo, cuando llega, se encuentra
con que allí vive una niña, Itsuka, que pretende hacerse cargo del local cuando
crezca. El vínculo que poco a poco se va forjando entre ambos es muy bonito.
También
me ha gustado My dress-up darling, y eso que al principio no sabía muy
bien qué pensar. Cuando empecé a verlo, dudé sobre si dejarlo o no, pero decidí
continuar porque los dos protagonistas, Gojo —un chico al que desde siempre le han
encantado las muñecas hina y quiere dedicarse a hacerlas— y Marin —una
apasionada del anime y el cosplay— me habían ganado. Y al final, pese a
que algunos detalles no terminaron de convencerme, lo disfruté bastante.
Por
último, quiero mencionar un anime que me ha gustado especialmente, aunque su
animación no sea la mejor: Kotaro vive solo. Es una de esas series que
llegan al corazón, tanto por los momentos de felicidad que viven sus
protagonistas como por el drama que rodea a algunos de ellos, en especial a
Kotaro, un niño pequeño que vive solo en un apartamento y a quien sus vecinos
cuidan. Son muchas las preguntas que suscitan sus circunstancias… pero las
respuestas no son siempre agradables. Pese a todo, Kotaro se esfuerza por
seguir adelante y disfrutar lo que pueda del colegio, los pequeños instantes
con sus vecinos y su serie de anime favorita, Tonosaman.
Viajes a
otros mundos
Han sido
muchos los animes que me han trasladado a otros mundos, reales o imaginarios.
Comienzo con uno cuyo anuncio me hizo especial ilusión: Thermae Romae novae.
Las aventuras de Lucius Modestus, un arquitecto de termas romano, en el Japón
actual siempre me han parecido muy divertidas —os he hablado del manga en
varias ocasiones, aquí y aquí—, así que, cuando se desveló que iban a hacer un
nuevo anime basado en la obra de Mari Yamazaki, no pude sino alegrarme. Al
igual que en el caso de Kotaro, la animación no es la mejor, pero me ha gustado
este viaje a la Roma antigua para revivir las andanzas de Lucius en el país del
sol naciente, en nuestra época, y las muchas ideas modernas que toma prestadas
para su hogar.
Y
hablando de viajes que desconciertan, aunque de una forma diferente… También
quiero destacar Mi tío es de otro mundo, una serie con la que he
disfrutado bastante más de lo que esperaba. La premisa me pareció interesante:
un hombre regresa a nuestra realidad después de pasar muchos años en un mundo
mágico; un isekai que no se centraba en las peripecias del héroe que se
trasladaba a otro universo, sino en su adaptación a la vida que había llevado
antes, a su propia realidad. Me reí mucho con las anécdotas del tío de Takafumi
y con su reacción ante las muchas cosas que se perdió durante su ausencia,
mientras luchaba contra monstruos, aprendía magia y conocía a elfas con mucho
carácter.
En lo
que respecta a los animes de fantasía y acción, me quedo con Sabikui Bisco,
sobre un mundo corrompido por el óxido y un hombre que quiere salvarlo con
ayuda de un hongo. Lo empecé a ver casi por casualidad y, al final, se
convirtió en uno de los que más disfruté durante la temporada de invierno.
Otro que
vi también de manera imprevista fue Un vampiro en el jardín, una
miniserie sobre un mundo dominado por la guerra entre vampiros y humanos. Sin
embargo, en medio de esa desolación, Momo, una humana, y Fine, la reina de los
vampiros, forjan un vínculo muy estrecho que las llevará a intentar buscar un
remedio para su mundo… y un lugar al que pertenecer de verdad, sin tanta
tristeza y dolor.
Quiero
terminar este apartado con la mención de un anime de esta última temporada que
me ha gustado bastante: Raven of the inner palace, una historia sobre la
misteriosa Consorte Cuervo, una mujer que vive en el interior del palacio y que
no tiene que rendir cuentas ante el emperador. Sus poderes, relacionados con el
mundo espiritual, la ayudarán a resolver diversas cuestiones e intrigas.
De
espías y demonios
Sin
duda, 2022 también ha sido el año de varias adaptaciones muy esperadas por el
público, entre ellas dos que han triunfado: Spy x family y Chainsaw
man. Y la verdad es que he disfrutado ambas, cada una en su estilo.
Con
respecto a la primera, me ha dado muy buenos ratos. ¿Cómo no tenerlos con Anya,
la niña telépata de la familia falsa que conforman ella, Loid, un espía, y Yor,
una asesina a sueldo? Y también con los esfuerzos de cada uno de ellos por
mantener la mentira de cara a los demás. Había empezado a leer el manga antes
de ver el anime, y creo que la serie es una muy buena adaptación, ya que
refuerza los puntos positivos de la obra original.
Y en
cuanto a la segunda… Después de haber leído Chainsaw man, tenía ganas de
ver cómo trasladaban este título de Tatsuki Fujimoto a la pequeña pantalla, y,
sinceramente, lo han hecho bastante bien. Me ha gustado reencontrarme con
Denji, Power y los demás personajes en otro formato.
Un año
de regresos
Una de las cosas que más me han gustado de 2022 ha sido poder regresar a universos ya conocidos, visitar de nuevo a sus personajes, disfrutar de sus vivencias… Algunos de los animes que más me han gustado en los últimos años han vuelto con nuevas temporadas o han continuado su emisión en 2022. Las aventuras de Tanjirô, Nezuko, Inosuke y Zenitsu en la noche de un barrio rojo por el que los demonios campan a sus anchas. Los misterios de la mansión de las sombras, el día a día de sus habitantes, la lucha de poder que se libra entre ellos. La ternura que desprende Komi-san, siempre esforzándose por hacer nuevos amigos y comunicarse mejor con ellos. El empeño de Myne por hacer libros en un mundo en el que escasean —¡yo tampoco podría vivir sin sumergirme en sus páginas!—. El camino de Inmo, un ser inmortal que siempre está aprendiendo de lo que tiene a su alrededor, con sus enemigos siempre al acecho. Los viajes de Asirpa y Sugimoto en busca de tesoro de los ainu. El París decimonónico de Vanitas y Noé, en el que los vampiros sufren a causa de una terrible maldición —os hablé un poquito del manga aquí—. Los desafíos a los que Naofumi, Raphtalia, Filo y sus amigos deben hacer frente en su vida como héroes. Los nuevos peligros que amenazan a la escuela de superhéroes U.A. y sus estudiantes. Los poderes psíquicos de Mob y los problemas que los hacen estallar. Y también las aventuras del príncipe Bojji y su inseparable Kage, la sombra. ¡A ver qué me depara 2023 en este sentido! 😊 😊
Masaaki
Yuasa y la tradición japonesa
No
quiero terminar esta entrada sin mencionar brevemente la última película de
animación japonesa que he visto en el cine: Inu-Oh, de Masaaki Yuasa. Me
encanta este director y las locuras que siempre lleva a la pequeña y a la gran
pantalla, así que me moría de ganas de ver su nuevo largometraje. Tuve la
suerte de que lo proyectaran durante unos días en un cine de Madrid, así que
allí me fui una noche. Tenía las expectativas muy altas no solo por quién lo
dirigía, sino también por algunas de las personas que habían participado en el
proyecto —Taiyô Matsumoto se encargó del diseño de personajes—.
Salí de
la sala bastante contenta. Es cierto que la película puede desconcertar al
principio, pero, según avanza, uno se deja maravillar tanto por la historia,
tan particular y loca en ciertos instantes —aunque también tenga sus momentos
duros y dramáticos—, como por la animación. Hay secuencias realmente bellas.
Los esfuerzos de Inu-Oh y su compañero Tomona por fundar su propia compañía de
teatro de saguraku noh merecen mucho la pena.
Con esto
termino la entrada de hoy. 😊 ¿Cuáles han sido vuestros animes favoritos
de 2022? ¡Espero que hayáis disfrutado de este año de animación japonesa! Dentro
de poco, tendréis también por aquí el repaso de los mangas. ¡Hasta entonces!
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