jueves, 28 de octubre de 2021

Manga y mundo clásico: lo que aguarda en las profundidades

Mari Yamazaki es ya una autora habitual en Afrodita L, ¡y con razón! Como sabéis, muchas de sus obras tienen sus raíces en la Antigüedad clásica. Os he hablado en un par de ocasiones sobre Thermae Romae, su papel como enlace entre la Roma del pasado y el Japón del presente y la forma en que Yamazaki adapta la literatura grecolatina para insertarla en la vida de sus personajes. En la entrada de hoy, sin embargo, voy a centrarme en otro de sus títulos: Plinivs, que dibuja en colaboración con Tori Miki. Los tres primeros volúmenes nos han llegado a España de la mano de Ponent Mon.

Plinivs trata sobre la figura de Plinio el Viejo, autor de la Historia natural, una importantísima obra enciclopédica. A través de sus viñetas, Mari Yamazaki y Tori Miki se atreven a reimaginar la vida cotidiana de este personaje y nos hacen adentrarnos de lleno en la Roma de Nerón, mostrándonos el día a día de la gente más humilde, las intrigas de palacio… Pero no solo eso: también aderezan su historia con ciertos pasajes de la Historia natural. En la entrada de hoy quiero hablaros sobre el capítulo cuatro del manga y cómo se integra en él el libro ix de la obra original . 😊 Voy a hablar sobre él en detalle, así que, si no habéis leído Plinivs y tenéis intención de hacerlo, podéis volver al artículo más tarde. 🤗

La Historia natural: una enciclopedia del mundo antiguo

Edición de la Historia natural
(siglo XVII)

Antes de nada, para poneros en antecedentes, me gustaría hacer una breve introducción sobre Plinio el Viejo, calificado por otros autores grecolatinos como el hombre más sabio de su tiempo, y sobre su Historia natural. Realmente, poco se sabe con certeza de esta figura más allá de cuándo y dónde nació, cuándo murió y que fue un hombre muy activo, tanto por su carrera política como por su labor de hombre de letras. Contamos con muy pocos testimonios, por lo que hay varios aspectos de su vida en los que los estudiosos discrepan. Mari Yamazaki, de hecho, afirma que esta indefinición le dio mucha libertad a la hora de imaginarse a Plinio y plasmarlo en su manga. Lo que sí sabemos, entre otras cosas, es que perteneció al orden ecuestre —que participaba en política y en la gestión del imperio—, cumplió con su servicio militar, ejerció como funcionario, administrador y almirante y fue autor de obras de diversa índole: escritos sobre técnica militar, biografías, textos históricos, tratados de retórica y gramática… y, por supuesto, su Historia natural, la única que hoy conservamos.

Esta obra consta de treinta y siete libros, nada menos, y por eso es tan importante: por muchos errores que se le hayan achacado a posteriori, Plinio recogió información valiosísima sobre la visión del mundo que se tenía en su época, además de anécdotas y noticias. Pretendía escribir un texto en el que tuviera cabida todo aquello que perteneciese a la cultura enciclopédica de acuerdo con los griegos. Además, buscaba que fuera de utilidad para todo el mundo. Así lo expresa él mismo en el prefacio de la Historia natural. Para escribirla, utilizó numerosas fuentes, que cita a lo largo de la obra y con las que muestra acuerdo o desacuerdo. Los temas que trata son muy variados: astronomía, geografía, antropología, psicología, zoología, botánica, medicina mineralogía… ¡Vamos, un poco de todo dentro de las disciplinas científicas! En la entrada de hoy, como os he dicho, voy a centrarme sobre todo en el libro ix, que Plinio dedica a los animales marinos. 

Criaturas del fondo del mar

© Mari Yamazaki, Tori Miki 2014.

Cuando supe de la existencia de Plinivs, me pregunté lo siguiente: ¿cómo trasladan Mari Yamazaki y Tori Miki la Historia natural a su manga? Se trata de un texto diferente a los que se suelen adaptar, en cierto sentido. Pues bien, lo hacen de la siguiente forma: introducen a Plinio en un contexto concreto que le permita hacer disertaciones sobre los temas de su enciclopedia. Eso es lo que sucede, por supuesto, con el libro ix.

El marco narrativo es el siguiente: Plinio, Félix —el soldado que siempre lo acompaña— y Eukles —su nuevo escribiente— se encuentran en Catia, al lado del mar, y pasean tranquilamente por la ciudad. Allí se fijan en los productos que los pescadores venden en el mercado, sobre los que nuestro naturalista reflexiona, ya sea para ofrecer datos al respecto, ya sea para contar una anécdota. Y, cuando uno lee la Historia natural, se da cuenta de que parte de la información que se incluye en ella aparece, de una forma u otra, en el manga.

Empecemos, por ejemplo, con los atunes. Plinio el Viejo, cuando habla sobre los peces, nos dice lo siguiente sobre ellos:

 

Praecipua magnitudine thynni. Invenimus talenta xv pependisse, eiusdem caudae latitudinem duo cubita et palmum.

 

(Plin. HN. IX, 17).

 

 

Los atunes son los de mayor tamaño. Encontramos uno que pesaba quince talentos, y la anchura de su cola era de dos codos y un palmo.

En efecto, los personajes del manga ven un atún en el mercado y aluden a este pasaje a su manera: se asombran por su tamaño e incluso discuten sobre sus dimensiones —por ejemplo, algunos pescadores han oído historias sobre atunes enormes, otros han logrado atraparlos—. Pero la cosa no termina ahí. Un poco más adelante, Plinio indica cuáles son las partes más ricas de este tipo de pez:

 

Hi membratim caesi cervice et abdomine commendantur atque clidio, recenti dumtaxat […]

 

(Plin. HN. IX, 18).

 

 

Una vez cortados pieza por pieza, se recomiendan su cerviz, su ventresca y su gaznate, siempre y cuando estén frescos.

 

© Mari Yamazaki, Tori Miki 2014.

Son las mismas que el Plinio del manga les pide a los pescadores para probarlas, siguiendo su consejo. Por suerte, y pese a que desde Roma se requiere su presencia urgentemente, le da tiempo a degustar el atún. 

Trasladar a viñetas pasajes de una obra como la Historia natural es muy complicado. Muchas veces, lo que Plinio nos ofrece son datos, más o menos científicos, sobre el tema que esté tratando —en el caso del libro ix, tamaño, hábitat, forma de reproducción, alimentación, respiración…, de los animales marinos—. Creo que integrarlos en una conversación y dentro de un contexto concreto es una forma muy inteligente de transmitir el texto original: por un lado, permite contar una historia y desarrollar un argumento, tenga el ritmo que tenga; por otro, puede suscitar el interés de los lectores y dirigirlos hacia la obra de Plinio el Viejo. Así, el manga cumple con su objetivo de informar y enseñar a la vez que entretiene, y Mari Yamazaki y Tori Miki tienen cierta libertad para dar vida a sus personajes.

Lo que es más fácil de llevar a un medio como el manga son las anécdotas que se incluyen, de vez en cuando, en la Historia natural. Al fin y al cabo, se trata de narraciones de un hecho más o menos extensas, más o menos detalladas. En el capítulo cuatro de Plinivs, sus autores optan por dibujar el enfrentamiento entre el emperador Claudio y una orca, que Plinio nos cuenta cuando habla de este animal, las ballenas y la rivalidad que existe entre ambas criaturas:

 

Orca et in portu ostiensi visa est oppugnata a Claudio principe. Venerat tum exaedificante eo portum, invitata naufragiis tergorum advectorum e Gallia, satiansque se per conplures dies alveum in vado sulcaverat, adtumulata fluctibus in tantum, ut circumagi nullo modo posset et, dum saginam persequitur in litus fluctibus propulsam, emineret dorso multum super aquas carinae vice inversae. Praetendi iussit caesar plagas multiplices inter ora portus profectusque ipse cum praetorianis cohortibus populo romano spectaculum praebuit, lanceas congerente milite e navigiis adsultantibus, quorum unum mergi vidimus reflatu beluae oppletum unda.

 

(Plin. HN. IX, 6).

 

 

Una orca también fue vista en el puerto de Ostia, a la que atacó el emperador Claudio. Había llegado entonces cuando este estaba terminando de construir el puerto, atraída por el naufragio de unas pieles importadas de la Galia. Al saciarse durante varios días, había hecho una cavidad en el fondo del mar y las olas la habían enterrado hasta tal punto que de ningún modo podía darse la vuelta; mientras iba tras la comida arrojada a la orilla por las olas, su dorso sobresalía mucho por encima de las aguas, como la quilla de un barco que se ha dado la vuelta. El césar ordenó que se tendieran numerosas redes entre las bocas del puerto y, tras partir con las cohortes pretorianas, él mismo ofreció un espectáculo al pueblo romano: los soldados arrojaban sus lanzas desde los navíos que atacaban, uno de los cuales vimos que se hundía envuelto por una ola causada por el resoplido del monstruo.

 

 

© Mari Yamazaki, Tori Miki 2014.

En Plinivs, se le da cierto espacio a esta anécdota, como si de verdad nos encontrásemos frente al autor latino y este nos estuviera contando, de viva voz, un hecho que hubiera presenciado. De hecho, nuestro protagonista la recuerda a raíz de los atunes: Eukles se sorprende por su tamaño, Plinio le indica que en realidad no ha visto a las criaturas marinas más grandes y le habla de las ballenas y las orcas, ofreciendo algún dato que encontramos también en la Historia natural —menciona su fiereza, por ejemplo—. Es entonces cuando se produce la asociación de ideas y el naturalista rememora la proeza del emperador.

Mari Yamazaki y Tori Miki añaden algunos detalles al texto original para conferirle un mayor impacto a la historia: se habla del carácter enfermizo de Claudio —algo que, en principio, resulta contradictorio teniendo en cuenta su hazaña—, se nos muestra la preocupación de los soldados, se cierra la historia para hilarla con la conversación entre Plinio, Eukles y los pescadores… También hay ciertas modificaciones, claro: para reforzar el papel del emperador, se obvian las redes y se hace que el ataque dependa de una única barca, bastante pequeña. Por último, en las viñetas, solo vemos luchar a Claudio, no a los soldados de los que nos habla Plinio en el texto original. 

© Mari Yamazaki, Tori Miki 2014.

La forma en la que se adapta este pasaje sirve, por un lado, para seguir transmitiendo cómo era la Historia natural y qué tipos de textos pueden encontrarse en ella, pero también es un mecanismo que Mari Yamazaki y Tori Miki utilizan para caracterizar a su Plinio. La manera en que la cuenta, lo que destaca del emperador Claudio… Todo ello nos habla de sus simpatías, lo que siente cuando vive un acontecimiento y lo que de verdad le interesa.

Los límites entre realidad y fantasía: los pueblos del mar

Pero Mari Yamazaki y Tori Miki no solo incluyen datos y anécdotas en forma de diálogo. En sus páginas encontramos algo mucho más sorprendente: un hombre pez, una criatura de fantasía. Es un niño el que se encuentra con él hacia el final del capítulo, cuando Plinio se dispone a regresar a Roma por orden de Nerón. Así, se desdibuja la línea que separa la realidad y la imaginación.

El propio Plinio, en su Historia natural, menciona episodios similares, a los que parece conceder cierta credibilidad. Concretamente, nos habla de dos seres mitológicos: los tritones y las nereidas. Los primeros son criaturas que acompañan a Poseidón, el dios del mar, en su cortejo. Su mitad superior es la de hombre, mientras que la inferior es la de un pez. Si bien es cierto que Tritón es un dios único, una divinidad marina hija de Poseidón que aparece en varios mitos como personaje secundario, su nombre se utiliza también para aludir a estos seres mitológicos. Las segundas, por otro lado, son divinidades del mar, hijas de Nereo y Dóride. Se caracterizaban por su belleza deslumbrante y vivían en las profundidades del océano, tejiendo entre hermosas canciones. Aunque, generalmente, los mitos nos las muestran siempre en grupo, hay algunas nereidas bastante célebres. Seguro que os suena Tetis. Pues bien, la madre de Aquiles era una nereida, así como Anfítrite, que contrajo matrimonio con Poseidón.

Tritón y nereida, de Arnold Böcklin (1874)

En el siguiente pasaje, Plinio recoge algunos testimonios sobre avistamientos de tritones y nereidas:

 

Tiberio principi nuntiavit olisiponensium legatio ob id missa, visum auditumque in quodam specu concha canentem tritonem qua noscitur forma. Et nereidum falsa non est, squamis modo hispido corpore etiam qua humanam effigiem habet. Namque haec in eodem spectata litore est, cuius morientis etiam cantum tristem accolae audivere longe, et Divo Augusto legatus Galliae conplures in litore apparere exanimes nereidas scripsit. Auctores habeo in equestri ordine splendentes, visum ab iis in gaditano oceano marinum hominem toto corpore absoluta similitudine; ascendere eum navigia nocturnis temporibus statimque degravari quas insederit partes et, si diutius permaneat, etiam mergi.

 

(Plin. HN. IX, 5).

 

 

Al emperador Tiberio le anunció una embajada de olisiponenses, enviada por esta razón, que se había visto y oído en una gruta a un tritón que tocaba su concha, con la forma con la que se los conoce. Y tampoco es falso lo de las nereidas, solo que su cuerpo está erizado de escamas incluso en las partes en las que tienen aspecto humano. En efecto, una fue avistada en la misma costa, cuyo triste canto al morir incluso escucharon, a lo lejos, quienes vivían allí. Y al divino Augusto un legado de la Galia le comunicó por escrito que habían aparecido en la costa muchas nereidas muertas. Tengo a mi disposición a brillantes autoridades del orden ecuestre que afirman haber visto en el océano Gaditano un hombre del mar que guardaba un parecido absoluto con el ser humano en todo el cuerpo. Subía a los navíos por la noche y al instante sobrecargaba la parte en la que se sentaba, y, si permanecía mucho tiempo, incluso los hundía.

 

 

© Mari Yamazaki, Tori Miki 2014.

Curioso, ¿verdad? Pues bien: Yamazaki y Miki hacen a nuestro autor partícipe de una de estas anécdotas. Al igual que en su obra, los datos se mezclan con las historias particulares y las curiosidades. Como acabo de comentaros, al final del capítulo cuatro un niño ve a un extraño ser marino… y Plinio, como no podía ser de otra manera, le hace un sinfín de preguntas al respecto. Su curiosidad es insaciable. De hecho, por la descripción que le hace el pequeño, deduce que la criatura no es una nereida, aunque no llega a ninguna otra conclusión porque debe marcharse. Así, Plinio no se limita a recopilar anécdotas que otros han vivido y le han contado, sino que está a punto de protagonizar una de ellas. ¡Pero no le es posible por una cuestión de tiempo! Si el hombre pez se hubiera quedado un poco más en la playa, habría llegado a verlo.

© Mizuki Production 2014.

Sin embargo, no quiero detenerme solo en la manera en que los mangakas plasman las palabras del escritor latino en viñetas. En mi opinión, la criatura marina refleja muy bien ese deseo de unir Roma y Japón que subyace en muchas de las historias de Mari Yamazaki. Y es que el aspecto del ser difiere bastante del de los tritones y las nereidas: no es una mujer de extraordinaria belleza, tampoco es un hombre con cola de pez. Desde mi punto de vista, podría asemejarse a algunas criaturas del folclore japonés. Por ejemplo, en cierto modo, me recuerda a los ningyo nipones, al menos tal y como los dibujan autores como Shigeru Mizuki en su Enciclopedia Yokai —que Satori ha publicado en español. Se trata también de seres medio humanos, medio peces, con una boca similar a la de los monos y escamas de color dorado. Pero hay otras muchas criaturas y monstruos japoneses que me vienen a la cabeza cuando veo al hombre pez de Plinivs.



 

Con esto termino la entrada de hoy. 😊 ¡Espero que os haya gustado! Plinivs es un manga muy interesante, así que os hablaré más sobre él en el futuro. Por mi parte, os espero el domingo con la última entrada del mes, una nueva reseña para poner punto final al #LeoAutorasOct de este año. ¡Hasta entonces! 🤗

 

Bibliografía

Como siempre, aquí tenéis una lista de referencias por si queréis saber más. 😊

Bellisime, Marion (2017b). «Manga Romae (3/3): Pline», en Actualités des études anciennes, ISSN: 2492.864X. En línea. disponible en: <https://reainfo.hypotheses.org/7698>.

Buchet, Elisabeth (2019). «Entre Rome et Japon: l’histoire romaine en manga», en Bièvre-Perrin, Fabien (ed.), Antiquipop | L'Antiquité dans la culture populaire contemporaine, ISSN 2553-4114. En línea. Disponible en: <https://antiquipop.hypotheses.org/6696>.

Grimal, Pierre (1981). Diccionario de mitología griega y romana (trad. de Francisco Payarols), Barcelona: Paidós.

Serbat, Guy (1995). «Introducción general», en Fontán, Antonio, Moure Casas, Ana María et al. (eds. y trads.) (1995). Plinio el Viejo. Historia Natural. Libros I-II, Madrid: Gredos.


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